«Amor supremo»

La abstinencia
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Botiquín de primeros auxilios
31 julio 2006

Enamorado estoy, te lo confieso; negarlo buen Señor, es imposible;
Tú me amaste primero, lo comprendo,
y yo te amé después, pero te amo.En el camino de mis días te veo
y cuando tú me hablas yo te siento,
te llamo y me respondes por tu nombre
cuando bañado de oración te imploro.
Mis lágrimas se pierden en las tuyas
cuando bebes mi llanto en tu consuelo
y viertes la alegría en mi tristeza
con la intensidad indefinible.
Lo amo más que ayer y aún mañana
lo querré más que hoy con toda mi alma;
No caben en mis versos lo que siento
y el amor de mi Dios tampoco cabe
en este recipiente hecho de barro.
Él es muy mío y yo tan sólo suyo,
me pertenece y le pertenezco
como el río a la mar y el ave al cielo,
como el niño desea el juguete caro
y el amor cuando espera la respuesta.
Te siento más que el caminar la sangre
en las entrañas de la vida misma
y en los tuétanos, Dios, brotan las flores
del rosal de los tuétanos de Cristo.
Hacia el bien me conduce de la mano
cuando mi voluntad se hace suya,
de beber su Palabra me la entrega
en el verano mío del espíritu.
Señor, sígueme amando, mucho, mucho,
que mi ser en tu Ser te sigue amando
hasta que nos volvamos sólo uno
en un amor y una sola imagen.

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