Brujería I

La adivina hechicera de Endor
14 agosto 2006
«Creo en Ti Señor»
21 agosto 2006

Melissa estaba teniendo algunos problemas en su casa. Un día mientras los niños estaban en la escuela y su esposo en el trabajo ella decidió ir a la librería. Pensó… “puede ser si salgo un poco y me distraigo mirando libros me sentiré mejor”. Quizás hasta podré encontrar un libro que me ayudará a superar los problemas que estoy enfrentando. Mientras buscaba entre los estantes se le acercó una señora y vio cuales eran los títulos que Melissa había escogido, lo cual le hizo pensar que estaría luchando con algunos problemas personales. La señora fue amable y cariñosa, esto le gustó a Melissa y comenzó a hablar con ella acerca de sus problemas.

Fue así como abrió su corazón a su nueva amiga.
Le dijo que estaba deprimida porque recientemente había fallecido su mamá. Mellisa fue la única que cuidó de su madre. Durante la enfermedad de la mamá, no pudo cuidar bien de sus tres pequeños hijos. También había estado fastidiada con su esposo, quien parecía no entender la situación. Trató de hacer lo mejor para que en su hogar todo funcionara bien mientras cuidaba de su mamá. Ahora que ella falleció Melissa se dio cuenta que hubo muchas maneras en que descuidó a su familia. ¿Qué podría hacer? No era una mujer perfecta. Aunque sentía mucho la pérdida de su madre, y viendo las necesidades insatisfechas de su familia se sintió culpable.

La nueva amiga de Melissa moviendo su cabeza en actitud de comprensión y lástima tomó sus manos entre las suyas y le dijo que tenía poderes especiales para ayudar a la gente.
Luego suavemente le dijo: “¿Te gustaría hablar con tu mamá?” Melissa se sorprendió al escuchar esta propuesta y no sabía que pensar. ¿Podría esta mujer comunicarse con los muertos?
¿Si tú fueras Melissa, qué hubieras hecho?

La oferta se presentaba muy tentadora, además Melissa extrañaba mucho a su madre. ¿Qué tendría de malo hablar con ella? ¿Todos enfrentamos problemas en nuestras vidas, no es así? Todos queremos respuestas a nuestras interrogantes y soluciones a nuestros problemas.

Sin embargo, hay algunos lugares a donde no deberíamos ir para buscar respuestas.
Dios lo ha prohibido porque pueden dañarnos y Él no quiere que seamos lastimados.
Hablaremos de algunas de estas cosas.

En nuestro relato hemos visto que la mujer en la librería le ofreció a Melissa la oportunidad de hablar con su madre fallecida. A esta práctica se le llama “necromancia” o hablar con los muertos. La mujer se estaba ofreciendo ser el canal, o la línea abierta de comunicación entre el mundo vivo y el mundo espiritual de los muertos para el beneficio de Melissa.
Estoy segura que cualquiera que tiene familiares y amigos fallecidos le gustaría en algún momento tener la oportunidad de hablar con ellos otra vez. ¿Pero, es esto correcto? ¿Pueden los muertos realmente hablar con nosotros?

Cuando hablamos de asuntos que involucran el mundo espiritual al mejor lugar que podemos ir es a la Biblia, la Palabra de Dios. Cuando miramos a través de sus páginas, encontramos que Dios nos dice que no deberíamos hablar con los muertos. Aprendemos que él lo ha prohibido. Que no deberíamos consultar a los médiums.
Dios nos invita ir directamente a Él con nuestros problemas, asuntos e interrogantes. Él nos anima a darle todas nuestras preocupaciones y cuidados, porque Él cuida de nosotros (1 de Pedro 5:7).

¿No quieres amiga entregarle todas tus preocupaciones al Todopoderoso al Todo Sabio Dios quien te ama en vez de confiar en un espíritu de muerto?
Sólo Dios tiene el poder y el conocimiento para saber lo que es bueno y correcto para ti.
Hay otras maneras donde la gente busca respuestas. Algunos observan la bola de cristal para tratar de ver el futuro. Otros usan las cartas que son mezcladas al azar, luego se dan vuelta y se muestran sobre una mesa. Según el orden en que quedan las cartas se supone que predicen el futuro de la persona.

Otros se especializan en leer las líneas en las palmas de la mano de una persona para decirle como será su vida. Si será larga o corta.
Si la línea está quebrada muestra que la vida será cortada a través de un accidente o enfermedad.
Debido a estas predicciones algunas personas se asustan terriblemente al oírlo y viven sin disfrutar de la vida.
Sólo Dios sabe el día que Él ha escogido para que yo muera y vaya al cielo con Él. Cuando Dios, que es Bueno y Amoroso con sus hijos está en control de la vida, porqué debemos creer lo que una línea en la mano pueda decirnos.

Algunas personas ponen su confianza en las figuras que forman las estrellas en el cielo por la noche. A esto llaman “astrología”. Los astrólogos estudian el curso y la posición de las estrellas, y creen que pueden predecir lo que sucederá en el futuro.
Ellos también han creado los horóscopos, que son predicciones de lo que le sucederá a las personas según bajo qué signo hayan nacido cada uno.
Para las personas que creemos en Dios nuestro futuro es único y determinado por Él y no por las estrellas.
Admiramos las estrellas porque son hermosas pero sólo como una parte de la grandiosa creación de Dios.
Él es nuestro creador también y podemos confiarle nuestra vida porque Dios sabe todo de nosotros.

La Biblia nos enseña en el Salmo 139 que Dios nos conoce aún desde antes de nacer. Él sabe cada cosa de nuestras vidas y esto nos llena de confianza y seguridad.

¿Te gustaría saber qué sucedió con Melissa?
En su profundo dolor ella permitió que la mujer hablara con su madre. Cuando esta mujer le dijo algunas cosas que no eran ciertas acerca de su mamá Melissa tuvo mucho miedo. Llegó a entender que a Dios no le agradó la elección que hizo para buscar respuestas a sus interrogantes. Asustada dejó a esta mujer, volvió a su casa y allí en oración le pidió perdón a Dios y le rogó que pusiera paz en su alma angustiada.
Dios nos espera con amor y paciencia que nos volvamos a Él, cuando necesitamos respuestas. Él no nos obliga pero nos invita a volvernos a Él para gozar de sus cuidados amorosos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *