Bendición navideña

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12 diciembre 2006
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¿Te gusta recibir regalos? ¿Te han hecho alguno que sea muy significativo para ti? Los regalos son una expresión del amor que tenemos hacia alguien. Marli, nuestra gran amiga y fundadora del Proyecto Ana nos contó su aprecio por un regalo de su amiga Peggy. Ella dice: “Mi amiga me regaló un precioso prendedor en forma de corazón para usar en mi vestido. Es una pieza China decorada con flores blancas y azules. Lo que más me interesó de este regalo fue la tarjetita que traía escrita por mi amiga. Dice así: “Este prendedor está hecho de una porcelana china quebrada, los bordes han sido pulidos y suavizados. Pensé ¡qué simbólico es!- Algo tan hermoso realizado con algo que está roto”.

Marli nos dijo que el mensaje de esta pequeña tarjeta fue algo muy especial para ella. Como ya te he contado otras veces Marli es una mujer que ha pasado grandes experiencias de sufrimiento. Entre otras cosas perdió a su papá siendo muy jóven y no hace tanto a un hijo de tan sólo 28 años de edad padre de un bebé de un año. También perdió su salud y luchó por recuperarla.
Ella misma nos cuenta por qué este regalo era tan especial.
“Porque un tiempo en mi vida, yo fui como aquella pieza china quebrada que fue descartada como inútil.
Pero alguien me recogió, suavizó mis asperezas, limó mis bordes y comenzó a darme la forma de una mujer más hermosa. ¿Te sorprende que alguien haya hecho eso por mí? ¿Sabes quien me rescató? Ese fue Jesucristo el Hijo de Dios”.

¿Has caminado alguna vez por la orilla de una playa buscando caracoles o caparazones enteros? La mayoría están rotos en alguna parte. Fueron tan golpeados y arrastrados por las olas del océano así como muchas veces nosotras somos golpeadas por las olas de la vida.
Un día, en una de esas caminatas por la orilla del mar noté a un camarón solitario buscando dónde esconderse. Al fin se metió en un caracol quebrado. Me quedé pensando está quebrado pero es útil. La vida está llena de sufrimiento, dolor y quebranto pero en medio de todo eso que nos sucede hay un propósito.
Para el camarón el caracol quebrado llegó a ser un hogar seguro.
Así como sucede con las porcelanas chinas o los caracoles junto al mar las vidas de muchas personas están quebradas.
Todas nosotras de alguna manera experimentamos los resultados de vivir en un mundo de dolor, estrés y sufrimiento. A menudo ese sufrimiento proviene del dolor, del rechazo y el abuso de aquellos que amamos y en quienes hemos confiado.
Otras veces viene de los problemas de salud o la falta de dinero. Frecuentemente de nuestras elecciones y conductas erradas que producen las pruebas que experimentamos.
A eso la Biblia llama pecado.

¿Pero cual es entonces el propósito de Dios por el dolor y el sufrimiento que experimentamos que nos conduce al quebrantamiento? Él quiere que confiemos en su Hijo Jesús el Único que puede rescatarnos y salvarnos. Antes que Jesús naciera en este mundo el profeta Isaías escribió de Él: “…Para todos los afligidos se les dé gloria en lugar de ceniza, gozo en lugar de luto, alegría en lugar del espíritu angustiado” (Isaías 61:3)
Marli nos cuenta en su testimonio: “Jesús me salvó una mujer como yo que estaba afligida porque estaba quebrada por el pecado y el dolor y me dio belleza en lugar de ceniza. Comenzó a cambiar las actitudes de mi corazón por gozo, paz y agradecimiento en vez del sufrimiento en mi vida”.

Quiero que entiendas que esto es el gozo de la Navidad y no otra cosa. Lo más importante es que entiendas que en Navidad celebramos la venida de Jesús a la tierra y que Él lo hizo para salvarnos del pecado. Es el Único que puede hacerlo. La Biblia dice así en Mateo 1:18-20 hablando de la venida de Cristo: “…Y se llamará Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Quizás te preguntes:
¿Cómo puede Jesús salvarme? Jesús sufrió en manos de hombres malvados y fue colgado en una cruz aunque era totalmente inocente y libre de todo pecado.
Murió en la cruz cuando los que merecíamos ese castigo éramos nosotros por nuestros errores y maldades. Jesús vino a ser nuestro sustituto. Su muerte y su quebrantamiento sirvió a los propósitos de los planes divinos.
Dios envió a su hijo a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón a publicar libertad a los cautivos y a los presos apertura de la cárcel (Isaías 61:1)

Como ves amiga Jesús experimentó el sufrimiento y el quebrantamiento en la cruz por nosotras para que fuéramos libres del pecado y de la muerte eterna. En Cristo Jesús tenemos perdón de pecados y la vida eterna. Por los sufrimientos de Cristo podemos encontrar sanidad para nuestras vidas quebradas y dolidas.
Si hoy te encuentras triste permite que el Cristo de la Navidad traiga el consuelo a tu corazón herido.
Dile ahora mismo que quieres ser libre del pecado y pídele que sea tu Salvador y Señor.
Agradécele por esa preciosa bendición.

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