Peregrinos en este mundo
3 abril 2007Editorial Abril 2007
3 abril 2007La inmigración es el acto de mudarnos o establecernos en otro país o región, temporaria o permanentemente. Un inmigrante es alguien que intenta ubicarse y vivir en un lugar en forma más o menos permanente y no tan sólo como un visitante o viajero de paso. La gente se muda por varias razones:
Algunos dejan su hogar para escapar del hambre, la miseria o a situaciones especiales e insoportables en su propia familia. Muchos se mudan para evitar la guerra. Otros escapan persecuciones religiosas y/o políticas. Algunos inmigrantes fueron llevados a un nuevo país bien en contra de su voluntad, como simples esclavos. Están aquellos que emigran para poder estar con algunos seres queridos y están los que lo hacen como una aventura para descubrir cosas nuevas.
A través de los tiempos la razón número uno siempre ha sido la situación económica, la búsqueda de mejores oportunidades de trabajo en países más desarrollados. En nuestros tiempos muchos profesionales han emigrado buscando mejores oportunidades.
El índice de salarios varía grandemente entre los diferentes países. Personas de países del tercer mundo en particular pueden lograr estándares más altos de vida en países desarrollados. La presión económica para emigrar puede ser tan alta que cuando los medios legales son restringidos, la gente quiere emigrar a pesar de su estado legal o ilegal diríamos.
Allí es cuando comienza el verdadero drama, especialmente para las mujeres. Ellas deberán enfrentar una serie de sufrimientos. Dejaron sus países en busca de una “mejor vida” para ellas y sus familias, sólo para descubrir que mudarse a este nuevo país tiene tantos problemas como ellas jamás habían imaginado.
Por ejemplo: La Red Nacional para Inmigrantes y los Derechos al Refugiado reportan que las mujeres inmigrantes están entre las personas más vulnerables a ser explotadas, abusadas y violadas en sus derechos. De acuerdo a investigaciones, las mujeres están más expuestas a “trabajo de supervivencia” en áreas tales como fábricas textiles, de ropas y servicios personales.
En los lugares de trabajo, las mujeres inmigrantes están expuestas a discriminación de género como también a prejuicios basados en el lugar del país de nacimiento. Las mujeres que no tienen documentación que les permita trabajar legalmente muy a menudo están obligadas a hacerlo bajo condiciones de explotación al obrero. Muchas de las indocumentadas deben trabajar en los campos y en las granjas, a veces con sus hijos a su lado porque no pueden pagar la guardería o jardín de infantes para que se los cuiden. Hay mujeres que van a otros países a trabajar como empleadas domésticas niñeras, dejando a sus propios hijos en sus países de origen para que algún pariente se los críe. Aquellas mujeres que tienen alguna profesión y cierta educación enfrentan las mismas barreras para emplearse como todos los inmigrantes tienen que enfrentar.
Y no podemos dejar de mencionar aquellas historias familiares cuando la mujer se casa, tiene un par de niños y de pronto, su esposo la abandona quedando sola para criarlos en un país extranjero.
Ella no tiene a su familia ni ningún apoyo en este nuevo lugar. A veces necesita aprender un nuevo idioma y adaptarse a la cultura de ese lugar.
A su vez debe encontrar una guardería donde le cuiden a los niños para buscar un trabajo y poder así sobrevivir a la situación.
Las mujeres inmigrantes también tienen más obstáculos en acceder a servicios accesibles en varios países de ayuda al inmigrante a la hora de establecerse e integrarse al medio.
A veces todo el esfuerzo y atención están puestos en el esposo para que se prepare, aprenda el idioma, encuentre trabajo mientras la señora permanece en casa con los niños, tal vez sintiéndose muy sola y aislada. Esto se agudiza cuando la familia viene de países donde las cosas no son iguales por ser mujer, es decir donde existe discriminación de género.
Algunas veces las familias inmigrantes tienen que luchar con valores diferentes a los que tenían donde vivían antes, tales como: modas, costumbres, moral y otros. Deben ajustarse a las nuevas normas culturales, nuevos valores y sistemas.
A pesar de tantas luchas individuales, existe por sobre todo una gran esperanza entre estas mujeres.
Muchas o casi todas extrañan a su gente y sus tradiciones pero no quieren volver atrás porque reconocen que su estado de vida anterior era peor y más difícil de soportar.
Hay personas inmigrantes que se sienten bien agradecidas por la acogida que ellas han recibido. Reconocen que han sido adoptadas por el nuevo país donde han tenido nuevas oportunidades y una mejor calidad de vida.
Ese ha llegado a ser su segundo y nuevo hogar donde vivirán y criarán a sus hijos.