Jesús colgado en la cruz estuvo
Por varias horas en angustia cruel;
Y para todos palabras tuvo
De amor divino, excelso y fiel.
Abrió sus labios de dolor marchitos,
Pero en su pecho el corazón latía
De sentimientos muy exquisitos
Por quienes él con lealtad moría.
“Perdona, Padre”, oró piadoso,
“A los que cumplen la orden vil;
son ignorantes del mal odioso
que hacen en mi y en tu redil”.