Jesús mi Salvador
31 marzo 2009Editorial Abril 2009
2 abril 2009La mañana cuajaba su tristeza
y el alba en funeral llanto vertía,
las flores sin rocío entre sus quejas
no querían despertar, y ver el día.
No había salido el astro con su oro,
la noche se paseaba silenciosa
en la vera final de su porfía,
en el huir natural de su elemento.
Una mujer prendida entre las lágrimas
llamada por los suyos Magdalena,
asida de piedad trajo aromáticas
especies de valor, era su ofrenda.
Entremos al sepulcro-caminemos-.
¿Qué veo allí? Los lienzos, su mortaja,
el sarcófago solo sin el cuerpo,
¿dónde estará el Maestro que me amaba?
No está Jesús aquí, ¿lo habrán llevado
los pescadores rústicos dolientes
a la casa de Juan para llorarlo?
¿Acaso lo robó el vulgo insolente?
Así se pronunció la Magdalena
libertada por Dios de los demonios.
No estaba allí quien la sacó de penas
y al sepulcro la trajo con encomio.
Oh Dios del cielo poderosos y fuerte,
yo no me iré de aquí. Todo mi llanto
lo enjugaré en la tumba hasta la muerte,
tus lienzos cuidaré y el sudario.
-María Magdalena, ¿por qué lloras?
-Dos ángeles guardianes preguntaron-.
-Busco a Jesús desde hace varias horas,
no se…¿lo habrán llevado los soldados?
Ustedes son testigos, lo ven todo,
mis gemidos se pierden en el huerto
y los pies con mis lágrimas en lodo
buscan sin desmayar al que está muerto.
Se apareció Jesús y ella le dijo:
Contéstame, Señor, ¿tu lo has llevado?
Dime hortelano, donde está mi Cristo
para en perfumes y rosas conservarlo.
-María- habló Jesús resucitado-,
y ella respondió: ¡Oh, buen Maestro!
Comunicad al mundo y tus hermanos
Que estoy vivo y triunfé sobre los muertos.
Corriendo sin dudar dijo las Nuevas,
proclamando a Jesús resucitado.
Lo he visto-decía con certeza-,
Me llamó por el nombre, lo he adorado.
Amigo pecador, ¿has comprendido
la dulce historia de María en el huerto?
Recíbele por fe, El está vivo,
Te resucitará aunque estés muerto.