Imaginemos a María parada allí a los pies de la cruz contando su historia:
“Mientras permanecía junto a mis amigos, le oí decir, “Padre, perdona a estas personas porque no saben lo que hacen.” (Lucas 23) Oh, cómo se quebrantó mi corazón al verle allí con aquellos clavos que cruelmente traspasaban sus manos y sus pies. Él era mi hijo amado… aquél que hace más de 30 años un Ángel me lo prometió…
Yo era aún tan joven- apenas 16 años y comprometida para casarme con mi querido José cuando el Ángel me visitó… Al principio me asusté, pero el Ángel me dijo: ¡No tengas miedo, María, Dios ha decidido bendecirte! Quedarás embarazada y tendrás un hijo y le llamarás Jesús. (Lucas 1)
Yo sabía lo que este nombre significaba pues era común en mi pueblo. Significa: El Señor salva. Luego el Ángel continuó: “Él será grande, y será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de su antecesor David…” Todo esto para mí era muy confuso pues José y yo no estábamos casados. Así que preocupada le pregunté al Ángel, ¿Cómo voy a tener un bebé, si soy virgen?
Su respuesta me asombró “… el poder del Altísimo te hará sombra. Así que el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios.”
¿Qué podría decir yo? … estaba turbada, así que simplemente respondí: “Soy la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a Su Palabra” Luego entonces el Ángel me dejó y yo quedé con mi corazón latiendo rápidamente.
Pero yo estaba mirando a mi hijo colgado allí y recordando… Pero el Ángel me había dicho que Él reinaría sobre Israel, y su reino no tendría fin jamás… Quizás vengan los hombres que le colgaron y lo bajen y reconozcan quién es Él realmente.
Escuché a algunos soldados que le decían, “Si eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.” Ellos clavaron un cartel arriba de la cruz que decía, “Este es el Rey de los judíos”. Se burlaron y le escupieron encima.
Arrojaron sus ropas al piso. Me hubiera gustado llevármelas a mi casa, eran tan hermosas… Pero cuando me acerqué escuché a los soldados pelear por ellas: “No las rompamos, echemos suertes sobre ellas para quién serán” Recordé las palabras de la profecía acerca del Rey David en el Salmo 22. “Dividieron mis ropas y echaron suertes sobre ellas.” He cosido muchas ropas para él. Fue un Hijo tan bueno…
Jesús creció para ser un niño feliz siempre ayudando y compartiendo con otros niños.
Cuando cumplió sus doce años, pensábamos que se había perdido cuando fuimos juntos a Jerusalén. Pasamos 3 días buscándolo y al fin le encontramos, no corriendo y jugando con los amigos, sino en el templo sentado en medio de los líderes religiosos discutiendo temas profundos. Cuando le preguntamos por qué lo había hecho sencillamente nos dijo: “Deberían saber que estaba en la casa de mi padre y que los asuntos de mi padre son los que me interesan.” Realmente en ese momento no le entendimos qué quiso decirnos. Todos estos recuerdos venían a mi mente cuando de pronto Jesús mirándome desde la cruz con mucho amor y compasión me dijo: “Mujer, he ahí tu hijo.” Se dio vuelta y miró a Juan su discípulo amado y le dijo a él: “He ahí tu madre”
Aún en su profunda agonía, Él pensó primero en nuestro dolor. Él quería que nos cuidáramos uno al otro, como una madre y un hijo.
Pasando las horas la tarde se tornó muy oscura y Jesús levantando sus ojos al cielo exclamó a gran voz: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto expiró:” Lucas 23: 46.
Los soldados se acercaron para ver si aún estaba vivo. Cuando vieron que estaba muerto, uno de ellos atravesó con la lanza el costado de su cuerpo y brotó sangre y agua.
Recordé entonces las palabras de Zacarías el profeta. “Ellos miraron al que había sido traspasado” y entonces yo comprendí todo.
…y mi tiempo como su madre en la tierra había finalizado.
2 Comments
es una historia muy triste. siempre me hacellorar pero a la vez muy alegre.porque de no haber sido de esta manera ni tu ni yo tuvieramos esa gran esperanza de salvación. gracias a ese sacrificio hoy somos libres le pido muchas bendiciones para todas ustedes y mucha sabiduría gracias
Gracias Señor, por Marìa, quien fue la persona que te amo sin condiciones, nosotros señor nos hemos avergonzado de ti y te negamos muchas veces aqui en la tierra, como cuando nos pasan problemas fuertes y nos preguntamos donde estas?, como cuando no queremos dar testimonio de ti a los demas, por verguenza o por que no nos critiquen. Soy Catòlica y lo unico que nos dicen alli es venerar a nuestra madre en el cielo y honrar aqui en la tierra a nuestra madre terrenal y sobre todo amar a Dios sobre todas las cosas, asi como tambien a todos nuestros hermanos como a uno mismo. gracias, Dios los bendiga