No temas creyente que yo soy contigo
En horas de lucha y en horas de calma
En marchas forzadas, en prueba y peligro
Y en las largas noches regadas de lágrimas
No desmayes nunca: Que yo soy tu Dios,
El Dios que te esfuerza en todo el camino.
¿Acaso precisas más vara y cayado
A través del valle, débil peregrino?
Te ayudaré siempre, te daré sustento;
Colmarte de bienes será mi delicia
Con esta mi diestra que creó los cielos
Mi diestra horadada de amor y justicia.
No temas; no temas que yo soy contigo,
No desmayes nunca que yo soy tu Dios.
¿Acaso precisas más vara y cayado
Que te infunda aliento, oh hijo de Dios.