En las Lecciones Para la Vida veremos que los ancianos pueden hacer contribuciones valiosas para sus familias y comunidades, más allá de su edad avanzada.
En las Lecciones para el Alma hablaremos de Simeón y Ana, dos ancianos de fe y oración, que estaban listos para morir en paz.
Referencia: Lucas 2:36-38
«Estaba también allí Ana… de edad muy avanzada… y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Esta… daba gracias a Dios, y hablaba del niño (Jesús) a todos los que esperaban la redención en Jerusalén«.