Alimento para el alma

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De la misma manera que las vitaminas ayudan a nuestro cuerpo físico, hay “vitaminas” que ayudan y fortalecen nuestra alma. Así como nuestro cuerpo necesita crecer y estar saludable, nuestra alma también necesita buen alimento para crecer. La Biblia dice lo siguiente: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2ª Pedro 3:18). Esta clase de crecimiento es muy importante; por eso hablaremos acerca de algunas “vitaminas” esenciales para nuestra alma. A diferencia de las vitaminas para el cuerpo físico, estas no se compran en una farmacia. Tampoco necesitas gastar dinero para obtenerlas. ¿No te parece maravilloso?

Creo que es maravilloso y necesario descubrir dónde hay vitaminas para nuestra alma. Preocuparnos y ocuparnos de nuestro cuerpo físico es necesario, pero qué importante es fortalecer nuestro ser interior para enfrentar cualquier situación que quiera agobiarnos y debilitarnos. Por eso hablaremos de cuatro cosas a tener en cuenta para estar fuertes y sanos en nuestra alma.

La primera de ellas es la vitamina de la Palabra de Dios, la Biblia. Así como las vitaminas ayudan a crecer físicamente, la Palabra de Dios nos ayuda a crecer espiritualmente. La Biblia es la vitamina más importante que puedes sostener en tu mano, o escucharla por la radio o por internet. La misma Biblia describe la Palabra de Dios como viva y eficaz. Dios te ama y está interesado en todo lo que te suceda por tanto preparó esta vitamina para ti. Muchas veces podemos leer que Dios nos creó y nos ama. El Rey David a quien le llamaban “un hombre conforme al corazón de Dios”, escribió lo siguiente: “Tu Palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero” (Salmo 119: 105). Como puedes ver, Dios te ama y quiere mostrarte el camino por el cual debes andar.

Puedes estar pensando, “¿por qué querrá Dios hablarme?”. La respuesta es sencilla: porque Él te ama. Cuando te sientas triste y agobiada toma esta vitamina y léela o escúchala. Te fortalecerá y te ayudará en tiempos de dolor y de pena. Te mostrará los planes de Dios para tu vida. Dios nos dice en Jeremías 29:11: “Porque yo sé los planes que tengo para ti… planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. Realmente Él cuida de ti. Aliméntate con la vitamina de la Palabra de Dios cada día.

La segunda vitamina para tu alma es la oración. ¿Qué es la oración? Y ¿cómo oramos? La oración es “hablar y escuchar a Dios”. Es algo sencillo que hasta un niño puede hacer. Así como hablamos unos con otros podemos hablar con Dios. Allí donde te encuentras puedes hacerlo. Usa la oración para hablar con Dios cada vez que lo necesites y donde sea. Dios comprende todos los idiomas, así que háblale en el idioma que acostumbras hablar. Dios quiere oírnos por eso lo hizo tan accesible para todas nosotras.

Jesús dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados y yo les daré descanso” (Mateo 11:28). Cuéntale tus dolores y tus problemas. Háblale acerca de tu familia. Dile lo que necesitas. Dios es nuestro Padre listo para dar a sus hijos buenas cosas. Todo lo que necesitamos hacer es pedirle; Él está pronto para escucharte y responderte en todo momento. Recuerda además que la oración es como una conversación, ambos hablando y escuchando lo que Dios quiere decirnos. ¿Cómo escuchamos cuando hemos estado hablando con Él? Una manera es leyendo lo que nos dice Dios a través de la Biblia. Todas deberíamos tener una Biblia en casa. Podemos escuchar palabras de otros cristianos, o sentarnos en quietud pidiéndole a Dios que hable a nuestra mente y corazón. Dios está atento y nos comprende desde el primer momento que le decimos algo. Su oído está atento por tanto no necesitamos gritar; tampoco necesitamos herir nuestros cuerpos para lograr que nos escuche. Orar es tan sencillo como respirar. No nos lastima sino que nos sana, suaviza nuestra alma, nos da vida. Realmente es como una vitamina.

Otra vitamina que te queremos recomendar es la adoración. Leemos en la Biblia «¡Dale al Señor la gloria que merece! ¡Trae tus ofrendas y ven ante Su presencia! ¡Adora al Señor!» (1ª Crónicas 16:29). Si amas al Señor entonces esta vitamina es muy importante. Dios quiere que le expresemos nuestro amor y admiración por Él orándole y cantándole. Quiere que nos regocijemos en Su presencia. Lo podemos hacer por medio de cantos; Dios se goza en medio de la alabanza. La Biblia nos habla de hacer ruido gozoso delante de Él. Dios nos invita a tocar nuestros instrumentos musicales y regocijarnos ante Él.

En el Salmo 150 leemos: «Alaba al Señor”, alábalo con panderos y danzas, alábalo con cuerdas y flautas, alábalo con címbalos sonoros, alábalo con címbalos resonantes. ¡Que todo lo que respira alabe al SEÑOR!«. Como la oración, puedes usar esta vitamina donde sea y en todo tiempo. Es muy importante para tu crecimiento como una creyente en Dios.

Permíteme mencionar algo más: la vitamina del compañerismo o comunión. El compañerismo se da cuando pasamos tiempo con otros. Hay dos clases de compañerismo: con Dios y con otras personas. La Biblia nos dice en Juan 15:5 “Porque sin Jesús nada podemos hacer”. Eso significa que solo podemos crecer en la fe en Dios si escogemos permanecer cerca de Él. Necesitamos obedecer a Dios y confiar en Él siempre. Salmo 119:11 nos dice: «En mi corazón atesoro tus dichos, para no pecar contra ti. Si no quieres pecar contra Dios«. Debes conocer sus mandamientos y estar en comunión con Él.

Así que permanece cerca de Dios, leyendo Su Palabra, permanece cerca de Él a través de la oración, hazlo en todo momento, Él te escucha. Mantente muy cerca del Señor para tener compañerismo con Él y adórale porque solo Él es Dios fiel y verdadero. Necesitamos también tener compañerismo con otras personas, con aquellos que tienen fe en Dios como tú y yo tenemos para crecer y compartir experiencias.

Esperamos que estés lista para disfrutar de estas vitaminas espirituales que hemos compartido en este día así como las vitaminas para nuestro físico, para vernos más saludables. Es nuestro deseo que tu vida sea mejor cada día. Querida amiga, oramos para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente (3ªJuan 2).

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