Alabe al Señor por las muchas mujeres y hombres que han cambiado las vidas gracias al regalo de Dios de la Salvación y porque ellos aplicaron las verdades de Dios a sus vidas después que escucharon el programa Mujeres de Esperanza y aprendieron cómo quiere Dios que traten a sus hijos, sus esposas y sus vecinos.