Editorial Febrero 2012

7 de Febrero
2 febrero 2012
3 de Febrero
3 febrero 2012
Querida amiga:
Tus continuas oraciones por las sufridas mujeres a quienes servimos es un precioso regalo para mi corazón.
Gracias. ¿Crees que nuestras oraciones están cambiando el destino eterno de millones de mujeres? Oro para
que Dios ponga fe y compasión en tu corazón mientras haces el “trabajo de orar” por las no salvas y no
amadas mujeres en África este mes. Recuerda que ningún poder sobre la tierra es más poderoso o efectivo que
el poder de la oración. Esta tremenda verdad me anima a persistir en esta jornada de intercesión.
Mientras oramos por las hermosas mujeres de África en desesperante necesidad, no estamos solas. El
Espíritu Santo de Dios, interpreta nuestras oraciones, y Jesús intercede ante el Trono de Dios a nuestro favor.
¡Creamos eso y nunca nos demos por vencidas por el poder de la intercesión dado por Dios!
El africano Kasongo Munza escribió en Una carta para África acerca de África: “Este continente tiene dos
zonas sociales diferentes, la zona de guerra y la zona de AYUDA. La zona de guerra es el infierno sobre
la tierra con falta de infraestructura y donde prevalece la ley de la selva. La zona de AYUDA o socorro es
diferente. Tiene paz, seguridad, progreso en democracia y la existencia de infraestructura vital. La figura
negativa de esta zona consiste de un tremendo incremento en problemas morales y sociales- promiscuidad,
inestabilidad en los matrimonios, huérfanos, drogas, pobreza y criminalidad.” Un cuadro bien oscuro, ¿No
te parece? Pero, allí está Jesús- la luz del mundo para África. Nadie puede impedirle salvar y transformar
completamente, y ¡Él lo hace en respuesta a nuestras oraciones!
Recuerdo haber conocido a una mujer africana sin esperanza. Su esposo la abandonó con cinco niños y sin
ningún recurso para darles de comer. El suicidio cruzó por su mente, pero ¿qué sería de los niños? Oramos
juntas. Ella confió en Jesús y un milagro sucedió. Sus circunstancias no cambiaron, pero ella sí cambió. ¡Hoy,
es una intercesora ayudando a otras a ver la Luz que la hizo libre a ella! Yo lo veo todo el tiempo: ¡Jesús está
ganando África! Y nuestras oraciones están moviendo el brazo de Dios.
Considera esta oración:
“Ningún océano puede contenerla, Ningún río alcanzarla, Ningún torbellino puede ir más ligero, Ningún
ejército derrotarla, Ninguna ley puede detenerla, Ninguna distancia retrazarla, Ninguna enfermedad puede
lisiarla, Ninguna fuerza sobre la tierra es más poderosa o efectiva que el poder de la oración.” (Carson)
Creyendo contigo,
Marli Spieker
Directora/Fundadora
Ministerio Global – Proyecto Ana.
Testimonios de los Ministerios de Proyecto Ana en Sudáfrica
Mozambique:
Realmente disfruto escuchando el programa. Me enseñó cómo usar mi lengua porque yo acostumbraba
hablar acerca de las personas, inclusive de mis familiares..Durante el programa pensé que debían conocerme
porque todo lo que dijeron es lo que yo acostumbro hacer. Desde ahora asisto a la iglesia sabiendo que Dios
conoce lo que hacemos y decimos acerca de las personas. Fui afectada emocional y físicamente desde que
me hice un aborto porque ahora se que no podré cuidar de mi bebé. Pienso que Dios no me perdonará. Que
Dios las bendiga y por favor oren por mi.
“Yo soy un hombre y soy cristiano. He escuchado su programa y quiero saber si es sólo para mujeres.
Cuando escucho su programa me siento liviano, como si alguien me quitara mi carga. Por favor ayúdenme
a mi y a otros hombres a saber cómo salir de los problemas; me gustaría saber dónde se reúnen para que
pudiera contarles mis problemas..”
Angola:
“Alabamos a Dios por el programa Mujeres de Esperanza. Escribo en nombre de 37 oyentes en Karianga,
provincia de Malange. Escuchando los programas nos capacita para compartir el evangelio con grupos de
hombres y mujeres en las villas cercanas: 9 de Matombo, 9 de Kota más 5 hombres, sus esposas e hijos del
distrito Central de Malage que se reúnen con nosotros para escuchar el programa.”
Les escribo desde Waku-Kungu de la provincia de Kwanza-Sul. Mi nombre es Juan, agradezco a Dios por
el programa Mujeres de Esperanza en Umbundu. Aprendí mucho escuchando y me ayudó a abandonar las
cosas de este mundo. Con mi familia asistimos a los servicios de la iglesia cristiana.
“Los programas Mujeres de Esperanza, son una bendición de Dios para nosotros. Era catequista en
la iglesia. Vivo en Kipungo-Lubamgo. Desde que empezamos a escuchar las nuevas, mi esposa y yo
descubrimos la verdad y hemos aprendido, crecido y nos hemos fortalecido mucho. Los programas nos han
ayudado mucho ya que mi esposa estuvo muy enferma. Oren por nosotros.”
“Hace siete años estamos casados y no hemos tenido hijo. El doctor dijo que yo era estéril. Me hice una
inseminación en Brasil, pero terminó en un aborto espontáneo. En octubre del 2010, una dama de Proyecto
Ana me habló acerca del amor de Jesús y comenzó a orar por mi. Retorné a Angola en enero del 2011. Dios
me bendijo, quedé embarazada y en octubre tuve a una bebé.”
África del Sur:
Mujeres de Molweni, viudas, nos dijeron que desde que estamos orando como grupo, ellas están sanando
de sus heridas por la pérdida de seres queridos. Otras compartieron que al orar en grupo como mujeres las
ha unido y llenado de gozo lo cual ha hecho una diferencia en sus comunidades. El grupo de Mbumbulu
compartió que más mujeres están asistiendo a las reuniones y están trayendo sus cargas a las reuniones de
oración y sienten una gran diferencia al orar por otros. Mujeres que están en los hospitales y por quienes se
ha orado están siendo sanadas. Cuatro mujeres viudas de los grupos de oración dieron testimonio que ellas
no podían lograr los beneficios económicos de los lugares de trabajo de sus esposos fallecidos. Después
de haber orado juntas en el grupo de Proyecto Ana, Dios, milagrosamente removió los duros bloques que
impedían liberar sus pensiones de dinero.
Namibia:
El entrenamiento de Mujeres de Esperanza en Namibia fue llevado a cabo en Windhoek en Octubre del
2011. Dos días antes de partir para Namibia, Dios proveyó los fondos para realizar el entrenamiento y
comenzar el ministerio a través de un matrimonio en Estados Unidos. Cuatro equipos de los idiomas locales
fueron entrenados: Oshivambo, Otjiherero, Tsetswana, y Damara/Nama. El entrenamiento en Namibia
incluyó a 20 mujeres.

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