Editorial Octubre 2012

2 de Octubre
2 octubre 2012
3 de Octubre
3 octubre 2012
Queridas intercesoras:
Mientras nos acercamos al momento anual de los 40 Días de Oración y Ayuno de Proyecto Ana, mi corazón
está lleno de gratitud a ti y a miles de otros que se unen a nosotras en esta aventura hacia el mismo corazón
de Dios – Su amor y compasión por las mujeres sufrientes de este mundo. Muchas de nosotras hemos
experimentado el toque especial de Dios cuando nos hemos negado de algo muy querido para pasar tiempo
intercediendo por aquellos que sufren. Mi más ferviente oración es que tú seas poderosamente bendecida
mientras das un paso de fe en esta jornada desde Octubre 1 hasta Noviembre 9.
Jesús dijo: “Sin Mí nada puedes hacer” (Juan 15:5) ¡Nada, ni siquiera ayunar y orar! Mi oración para estos 40
días es que todos nosotros nos acerquemos al trono de Dios con plena seguridad que Él tiene un absoluto,
todo compasivo, e inquebrantable amor hacia los pobres y necesitados, por los oprimidos y perseguidos.
Recuerda que billones de mujeres alrededor del mundo encajan en estas categorías. También oro para que
te involucres a esta jornada dándote cuenta de nuestra total dependencia de Su poder para defender, salvar,
consolar, animar y dar esperanza a estas mujeres. Nada sino Su poder finalmente las rescatará del infierno. No
la tecnología moderna. No excelentes programas. No nuestra quemante pasión y compasión por los perdidos.
¡Sólo el poder salvador de Dios!
Que podamos acercarnos al Trono de Dios con adoración y humildad, rindiéndonos a Su soberana voluntad
cada día. ¡Pero necesitamos mucha fe y fervor, sabiendo que no es demasiado tarde! ¡Él responderá nuestras
oraciones de una manera poderosa! Isaías 58:6 registra Su deseo: ¿No consiste, más bien, el ayuno que yo
escogí, en desatar las ligaduras de impiedad, en soltar las ataduras del yugo, en dejar libres a los quebrantados
y en romper todo yugo?” En Amós 5:24 está escrito que Él hará que “corra el derecho como agua y la justicia
como arroyo permanente.”
Creamos juntas y “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones
de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura. Retengamos firme la confesión de la esperanza sin
vacilación, porque fiel es el que lo ha prometido.” Heb. 10: 22-23.
Por las no amadas, olvidadas, y no salvadas mujeres de este mundo.
Marli Spieker
Directora-Fundadora del Ministerio Global,
Proyecto Ana

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