Los cientos de miles de cristianos refugiados quienes, después de recibir amenazas de muerte, dejaron sus hogares con muy pocas posesiones y ahora pasan momentos difíciles teniendo que aprender nuevos idiomas, buscar trabajo y sentirse seguros. Ore por esos que estando lejos de su hogar escuchan los programas Mujeres de Esperanza en su propio idioma por internet, cassettes, CDs, y aún en alemán por teléfono.