Estilos de paternidad

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Hoy queremos hablar acerca de los diferentes estilos de paternidad. Si eres una madre ya sabrás que no es fácil tener una relación buena, amorosa y positiva con tus hijos todo el tiempo. Realmente no es posible todo el tiempo pero hay mucho que se puede hacer para lograr una buena relación. Los padres tienen que disciplinar a los hijos para lograr un buen comportamiento en los niños y luego cuando son adolescentes. Es importante que los niños comprendan que las veces que hacen algo que está mal, necesitan ser disciplinados. Es más fácil cuando aún son niños y no tan fácil cuando crecen y llegan a ser adolescentes. Cuando se ponen más grandes a ellos les gusta desafiar a la autoridad. Si tienes niños en tu casa ya habrás experimentado que es difícil lidiar con ellos, pero ser padres de adolescentes es aún más difícil. No todo es negativo, tener niños es una bendición si sabes cómo tratarlos y no estar continuamente peleando.

Ser madres, tías o abuelas tiene sus recompensas. ¿Cómo podemos mostrar amor mientras ellos van creciendo? Y no solo cuando son obedientes y amorosos sino también cuando no lo son. ¿Cómo los criamos para que lleguen a ser buenos ciudadanos? Estoy segura que a veces te has hecho esas preguntas. Es cierto que todos somos diferentes y seguramente el estilo de paternidad o maternidad será diferente de unas a otras. La manera en que actuamos tiene mucho que ver en la manera que fuimos influenciadas por nuestros padres y por nuestras personalidades. A menudo las madres tratan a sus hijos exactamente como sus padres las han tratado a ellas o a cada una de nosotras. También somos influenciadas por lo que aprendemos de las personas que nos rodean y por los momentos de estrés que vivimos en nuestro entorno. El estilo de paternidad también está influenciado por la personalidad del niño y su conducta. Debes estar de acuerdo conmigo que si tratas con un niño que hace lo que le pides debe ser fácil de manejar. Pero un niño rebelde necesitará mucho control firme. Por tanto hoy queremos hablar de cuatro diferentes estilos de ser padres y cómo cada uno de ellos puede afectar a sus hijos.

El primero de esos estilos es la «paternidad dominante«. Este estilo de padre o madre tiene todo el poder. Ellos toman las decisiones por el niño, sin discusiones o explicación. Padres “dominantes” tienden a ser fríos y firmes. Estoy segura que habrás visto o experimentado esta clase de paternidad. Siempre demandando perfección al hijo. Ese padre o madre solo le dice al hijo que obedezca las reglas pero no las explica o discute para nada. Niños con este tipo de padres a menudo no son seguros de la manera cómo responden en situaciones sociales; miran a otros para decidir lo que es correcto. Les resulta difícil tomar sus propias decisiones, ya que no se les permitió escoger por ellos mismos. Tienden a perder el deseo de ser curiosos por las cosas y les resulta difícil ser espontáneos. Padres que demandan tanta perfección en sus hijos, desafortunadamente a menudo encuentran que sus hijos llegan a ser rebeldes a medida que van creciendo. ¿Esto te hace pensar?

El segundo estilo de paternidad, desafortunadamente es la “paternidad negligente o descuidada«. Para estos padres, la vida está centrada en ellos mismos. Están más interesados en ellos mismos que en sus hijos. Por lo general este tipo de padres no están muy involucrados en la vida de sus hijos, sino que solo proveen para sus necesidades básicas como la comida y una cama. No pasan tiempo hablando con ellos o mostrándoles interés. En el hogar cuando están ocupados haciendo algo para ellos mismos, no escuchan lo que su hijo tiene para decirle ni toman interés en las pequeñas historias de sus hijos, sus alegrías y sus tristezas. Estos padres parecen olvidar que sus hijos son la posesión más importante y preciosa que poseen. Muchos niños de padres negligentes pasan horas y horas mirando su celular o la pantalla de televisión. La televisión los mantiene quietos pero no hacen ejercicios, no se divierten ni pasan tiempo en familia. Los padres negligentes a menudo no son consistentes por tanto los hijos no saben cómo comportarse o qué esperar de ellos. Esta clase de hijos a menudo crecen resentidos contra sus padres porque no les dan ni el tiempo ni la atención que necesitan.

Otro tipo de padres son los «padres permisivos o de fácil manejo”. Este estilo de padres permite que los hijos tengan mucho poder. A estos padres no les gusta fijar reglas o límites, o hacen reglas pero no las refuerzan. “Padres permisivos” por lo general son cariñosos y suaves con sus hijos. Ellos están para criarlos y aceptarlos, pero no demandarles. Esta clase de padres son muy fáciles para sus hijos; nada pasa. A los hijos no se le pone reglas para vivir. Se le da pocas responsabilidades o ninguna y no se les enseña el respeto. Sin estos límites los hijos pueden sentirse inseguros. Estos padres a menudo nada hacen para decir a sus hijos que hagan algo. Tienen miedo que sus hijos no los amen si les aplican cualquier clase de disciplina. Les gusta mantener la paz. Rara vez castigan a sus hijos. A menudo son hijos inmaduros para su edad y pueden ser infelices. Pero al crecer a menudo continúan teniendo una estrecha relación con sus padres.

El cuarto estilo es del padre “amoroso y firme”. Estos padres fijan límites o reglas claras aunque a los hijos se les permite algunas elecciones también, dentro de esos límites. Esos padres son cálidos, firmes y generalmente desarrollan una relación fuerte y amorosa con su hijo. Animan a sus hijos para que tomen algunas decisiones por sí mismos. Estos padres e hijos a menudo buscan juntos las soluciones. Por ejemplo, si el hijo llega tarde a la casa y para la hora de la cena, su padre podrá decirle: “Otra vez llegaste tarde, ¿cómo podremos resolverlo?». O cuando tu hijo quiere salir con los amigos el padre podría decir: “Dices que todos estarán allí, pero primero quisiera saber qué planifican hacer juntos allí”. Padres amorosos y firmes siempre explicarán la razón por el castigo que dan a sus hijos. Y siempre estará listo a perdonar. Esto le ayuda a desarrollar la autoestima y la independencia. Son animados a discutir cosas y formar sus propias opiniones. Estos hijos serán exitosos y capaces de expresarse por sí mismos. Más a menudo son felices consigo mismos y generosos con otros.

Hemos visto hasta ahora cuatro diferentes estilos de ser padres. Hablamos de aquel que es dominante donde a los hijos se les permite escoger muy poco por sí mismos o simplemente se les dice lo que deben hacer. Vimos a los padres negligentes donde desafortunadamente los padres tienen muy poco tiempo para sus hijos. Hablamos de los padres permisivos donde aman y crían a sus hijos pero fijan pocos o nada de límites y hacen lo que los hijos exigen de los padres. Y por último mencionamos el estilo de la paternidad amorosa y firme; los padres fijan límites y reglas pero permiten que los hijos escojan también dentro de esos límites cosas que les gustaría hacer. Me gustaría saber a cuál de estos estilos te aproximas más. Hay algunas investigaciones que nos dicen cuál de ellos funciona mejor para los hijos y se nos dice que la paternidad “amorosa y firme” es la que mejores resultados da para una crianza más efectiva de niños y adolescentes.

Pero quiero mencionar un estilo más de paternidad. Uno que no es aceptable y se trata del estilo de “paternidad abusiva”. Padres abusivos lastiman a sus hijos. Este estilo incluye abuso emocional, físico y sexual. Quizás nunca lo hagas sexualmente pero lo haces emocionalmente y eso también es muy malo.

¿Y qué pasa si en una casa la mamá tiene un estilo y el papá otro? Es necesario hablar con el esposo o esposa acerca de las maneras de criar a los hijos. Es muy necesario para que el hijo se críe bien, que la educación sea consistente. Por ejemplo, puede ser muy confuso para el hijo si uno de los padres es «dominante» y lo castiga sin darle una explicación del porqué, y el otro es “firme y amoroso” y si tiene que disciplinarlo le explica el porqué del castigo.

Espero que este tema de la paternidad te haga pensar y considerar si estás en lo correcto o deberías cambiar tu estilo por el bien de tus hijos. 

¡Damos gracias a Dios por aquellos padres que aman a sus hijos y hacen lo mejor para guiarles y ayudarles a ser buenas personas y ciudadanos de la sociedad en que les ha tocado vivir!

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