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Hola amigas:

Este mes estamos manejando un difícil tópico mientras oramos por el matrimonio infantil. En realidad, es difícil aún
pensar que estamos colocando esas dos palabras juntas. ¿Cómo puede una niña ser una novia? Los casamientos de
niñas, sin embargo, son un verdadero problema alrededor del mundo que traspasa las culturas, religiones y grupos
étnicos.

Encontramos niñas novias en cada continente- sí, en cada continente. Es difícil de creer que un padre pudiera vender a su propia hija a un hombre quien en algunos casos es más que dos veces mayor a la edad de la niña. Jovencitas que son tan solamente niñas y aún no se han desarrollado lo suficiente para cumplir con el rol de esposa o madre, a menudo son forzadas a hacerlo muy pronto después del casamiento.
¿Cómo es que puede suceder esto? Recientemente estuve discutiendo este problema con una amiga en Alemania,
y ninguna de nosotras podíamos comprenderlo plenamente ; al mismo tiempo, sin embargo, podíamos ver la desesperación que muchas familias sienten cuando viven en la pobreza y tienen que alimentar a sus familias. Por otro lado, he aprendido también que muchas niñas son vendidas para satisfacer la codicia de los padres- sus deseos por más cosas materiales.

Esta es una razón urgente por la cual orar. ¡Dios debe intervenir! La iglesia debe reclamar. Nuestros corazones deben quebrarse cuando oímos y vemos que las vidas de nuestras hijas están siendo vendidas a ellos.
“He aquí, heredad del Señor son los hijos;
Recompensa es el fruto del vientre.” Salmo 127:3

Dios llama a los hijos una herencia y una recompensa. Sus espíritus están llenos de inocencia, gozo y alegría. En
realidad, Jesús nos llama a ser como niños cuando llegamos a Él llenos de fe y confianza. (Mateo 18:3)
Soy desafiada más y más a hacer algo acerca del dolor y el sufrimiento de las mujeres y niñas alrededor del mundo.
¿Si hoy fuera el único tiempo que tenemos, qué le diríamos a Dios? ¿Qué haríamos en nuestras iglesias? ¿Cómo
podemos ayudar a detener la injusticia del matrimonio infantil?

Comencemos hablando en oración. Levantémonos por la verdad. No dejemos pasar ningún sólo día de este mes en
que no clamemos por las jóvenes niñas para que encuentren la libertad para vivir sus breves vidas como niñas y no
como esposas y madres.

Gracias por la fidelidad de cada una de ustedes en permanecer junto a un ejército de hombres y mujeres que continúan orando por nuestras jóvenes niñas para que lleguen a conocer el amor de Cristo y para que Dios intervenga de poderosas maneras para traerlas a la libertad.

Dra. Peggy Banks
Directora del Ministerio Global
RTM Mujeres de Esperanza.

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