Confiando en tiempos de prueba

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Eliseo le preguntó: «¿Cómo puedo ayudarte? Dime: ¿Qué tienes en tu casa?»
2ª Reyes 4:2

 

La mayoría de nosotras no estamos preparadas para el aislamiento, la soledad, la ansiedad y aun el temor de un mañana incierto. Un padre o una madre que han perdido un trabajo, un padre que está enfermo y sufriendo solo en el hospital, niños fuera de las escuelas y necesitando una medida extra de dirección, amor y misericordia. ¿Cómo lidiamos con esas pruebas? ¿Cómo podemos lograr ayuda? ¡Nuestros corazones se sienten tan abrumados!

¿Dónde podemos encontrar esperanza?

Para mí, puede ser muy difícil pedir ayuda y confiar en las personas en los tiempos de pruebas. Sin embargo, cuando buscamos soluciones a una mala situación, puede ser una buena idea llamar a una amiga de confianza que podría tener algunas ideas que serían útiles. Es así como encontramos a una viuda en 2ª Reyes 4:1-7

No sabemos exactamente dónde tomó lugar esta historia, pero probablemente esta viuda vivía en una de las ciudades donde las escuelas de los profetas estaban presentes. En su tiempo de necesidad la viuda se tornó al Profeta Eliseo. Ella apeló al profeta sobre la base de que su esposo fue un hombre fiel al Señor y que ahora, después de su muerte, sus hijos iban a ser llevados como esclavos por el pago de una deuda.

¡Surge una idea!

Eliseo se presenta con una idea original valiéndose solamente de algo que la mujer tenía en su casa: “Una pequeña vasija de aceite” (4:2). Eliseo le sugiere que vaya por las casas de sus vecinos recolectando vasijas vacías, todas las que más pueda y que las llene con el aceite de su pequeña vasija. Eliseo continúa diciendo, “cuando cada vasija esté llena ponlas aparte” (4:3). Eso es bien de locos, ¿verdad? ¡Solamente tenía una vasija de aceite!

¿Qué piensas acerca de esa idea? ¿Parecería ser una pérdida de tiempo? Sin embargo, Dios proveyó todo lo que ella necesitaba llenando cada vasija una por una hasta que la última estuvo llena. Fue un verdadero milagro. Luego, ella fue y vendió todas las vasijas de aceite para pagar la deuda que tenía, y ella y sus hijos vivieron con el dinero que le sobró (4:7).

¿Crees esto?

¿Qué acerca de nosotras hoy? Es una prueba a nuestra fe en creer que Dios puede proveer una solución cuando la situación parece mala ante nuestros propios ojos. Sin embargo, Dios continúa estando allí para nosotras, obrando a través de Su Palabra y Su creación en las vidas de las personas.

¿Tienes el valor de contarle a alguien lo que te está pasando y pedirle ayuda? Podrían tener una idea de cómo sobrellevar otro día, proveerte comida para tu familia y aún ayudarte con la deuda que tienes que pagar. Pienso acerca de mi cuñado, cuando me ayudó durante un tiempo difícil cuando le hablé acerca de mi situación, mientras secaba los platos en la casa de mi hermana. Sin su ayuda yo no estaría en el ministerio hoy. Dios sabe lo que necesitamos aun antes que se lo pidamos (Mateo 6:8). Dios obra a través de su pueblo trayéndonos esperanza y sanidad.

No estás sola. Toma un paso de fe, dile a alguien lo que necesitas y permite que te ayude.
¿Quién sabe? ¡Podrías ser testigo de un milagro!

 

Peggy Banks

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