Comiendo juntos

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Quiero preguntarte lo siguiente: ¿Cuánto tiempo pasas junto a tu familia alrededor de una mesa para comer juntos? ¿Crees que es importante hacerlo? ¿Aporta algún beneficio?

Creo que estarás de acuerdo conmigo que aunque parece una cosa aparentemente pequeña, es de gran importancia. Yo creo que “una familia feliz es cuando los miembros de esa familia comen juntos, disfrutan ciertos sabores atesorados por la familia y buena cocina casera.” Es una expresión que leí en una guía de dieta tailandesa. Disfrutar juntos de las comidas demuestra amistad y hospitalidad en casi cada cultura. Hay familias en algunas culturas que no le dan tanta importancia a eso de comer juntos. Yo creo que es algo muy preocupante si creemos que es así. Los integrantes de las familias viven tan ocupados con sus propias vidas que no se toman un tiempo para sentarse a comer juntos y compartir cosas de sus vidas. He leído acerca de un hospital grande para niños en Cincinnati- Estados Unidos, donde los doctores hicieron ciertas preguntas a los jovencitos para saber qué cosas de la familia estaban relacionadas con la salud mental de los adolescentes. Descubrieron que los hijos cuyos padres comían juntos cinco veces o más por semana, eran menos propensos a usar drogas, a estar deprimidos o en conflicto con la ley. Estaban más dispuestos a rendir en los estudios en la escuela.

Eso nos demuestra la importancia de comer juntos y charlar como familia alrededor de una mesa. Debe ser un hábito que se enseñe y practique desde que los hijos son bien pequeños. Estar juntos aunque más no fuere a la hora de comer. Sabemos de algunos padres que luchan con sus hijos que no están dispuestos a comer diferentes comidas. Pero los niños no han nacido de esa manera, sino que lo han aprendido. Necesitamos ser un ejemplo para ellos en la manera en que comemos. Puede ser que los hijos estén controlando a sus padres, rehusando comer. Si hacemos de la comida un tiempo placentero, podría ayudar a evitar esos problemas. El tiempo de la comida debería ser distendido y no debería tener distracciones externas cosas tales como el televisor prendido. Especialmente con los niños pequeños que recién están aprendiendo a comer.

Nosotros los seres humanos aprendemos muchas cosas por imitación. Las nenas imitan a sus mamás en la manera de vestir o arreglarse sus cabellos o la cara o sus uñas. Si te acostumbras a comer sano, los niños te imitarán también en eso. Por eso debes evitar darles cosas tales como papitas saladas y otros bocaditos muy cerca del horario de la comida. Tampoco refrescos con azúcar excepto el agua pura. A los niños les basta con que les des un vaso de jugo de frutas frescas al día. Demasiado jugo de fruta o bebidas dulces pueden interferir con su apetito. Cuando los niños son pequeños enséñales a comer nuevas comidas. Intenta darles de una sola comida diferente a la vez y en porciones pequeñas. Trata que comiencen aunque sea con un bocado y ya verás que te sorprenderán de cómo les gusta. Los gustos cambian con el tiempo así que pasando los días puedes hacerle probar lo mismo nuevamente.

Te damos una idea: verás que a los niños les interesará probar una nueva comida si ellos mismos ayudan a prepararla. Así que involúcralos de alguna manera en la preparación. No permitas que la hora de la comida se transforme en una batalla campal. No deberías forzar a tus hijos que coman o sobornarlos con la comida. Los hijos más grandes deberían comer lo que el resto de la familia come. Si tu niño no desea comer en ese momento, guarda el plato para más tarde, seguramente tendrá hambre en algún momento y va a querer comer lo que antes despreció. Y si ese día no quiere comer debes saber que tu hijo no morirá por omitir una de las comidas. 

Ten presente que el comer juntos como familia, realmente es una bendición. Cuídate que sea un momento de alegría, de compañerismo y de buena conversación. Nunca uses el tiempo de comer, uno de reproches, rezongos y temas que van a estropear la armonía y el gozo de estar juntos. Reúne a tu familia y disfruta. La comida debe ser un momento donde cada uno cuenta cosas de su vida y los demás disfrutan y comparten también lo suyo. Es el momento de saberse aceptado y amado y donde tiene un lugar para ser escuchado y respetado por quienes le aman. Dirige tú la conversación para que todos puedan participar. Siempre habrá alguno que quiera acaparar toda la atención u otro que será tímido y más reservado. Ayúdale a integrarse a la conversación de la familia.

En resumen, te diremos que es lindo tener una familia. Y si por alguna razón no tienes familia puedes armarte una con buenas amigas con quien compartir momentos de alegría junto a una mesa.

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