«Ten piedad de mi, oh Dios»
8 mayo 2006«Nunca derrotadas»
16 mayo 2006¿Cuánto entiendes acerca de las computadoras? Generalmente hasta nuestros niños son más capaces de usarlas a menos que hayamos recibido un entrenamiento especial. Una computadora es tan compleja. Cuando funciona bien es tan útil pero cuando no, nos sentimos muy frustradas. Cada una de nosotras tenemos algo más complejo que una computadora y trabaja sin que aún nos demos cuenta; y la mayoría de las veces ni siquiera lo pensamos. Todo sucede en nuestro cerebro y es mucho más complejo que cualquier computadora.
Sentimos hambre o sed, frío o calor sin pensarlo. Todo sucede en el cerebro automáticamente y luego un mensaje es enviado a la parte correcta del cuerpo para decirnos lo que estamos necesitando.
Por ejemplo, los alimentos son digeridos automáticamente a causa de los mensajes que son enviados desde el cerebro al estómago, diciendo que allí hay alimentos y que necesitan ser digeridos.
El cerebro de un animal o de un ave también es complejo, porque les informa cómo reconocer los alimentos, como hacer un nido y como cuidar de sus hijos y otras actividades diarias. Nosotros los seres humanos logramos mucho más que complejas actividades y esto nos hace diferentes a los animales.
De a momentos una parte del cerebro nos ayuda a articular el habla y en otra parte nos a ayuda a entender lo que se nos dice o escribe.
Estos dos centros se unen por fibras de una manera altamente compleja. Sin embargo realmente ni tomamos en cuenta lo que está sucediendo simplemente oímos lo que se nos dice y respondemos a ello.
Para entender lo que leemos usamos la parte de atrás del cerebro (lóbulo occipital), y para hacer los movimientos más complejos como tocar el piano usamos la parte del frente (lóbulo frontal).
Otras partes tienen que ver con la manera que nos comportamos y como se desarrolla nuestra personalidad.
Normalmente nuestro cerebro recibe y envía mensajes, a lo largo de las fibras nerviosas a varias partes del cuerpo. Este a su vez responde y como resultado somos personas que podemos pensar, movernos y hablar.
Debido a la manera que trabaja nuestro cerebro somos capaces de hacer elecciones. Podemos elegir pensar lo que es correcto o escoger lo que está mal. Podemos controlar nuestra mente al tener el poder de elegir qué pensar, si bueno o malo, acerca de personas, circunstancias o cosas y si queremos permitir que nuestra mente sea o no influenciada por lo que vemos y oímos ya sea en el televisor, en el cine o en el diario vivir.
Te sorprenderá saber que la Biblia tiene mucho que decir acerca de nuestra mente, pensamientos y elecciones.
Queremos como ejemplo compartir contigo algunas frases que nos han impactado al leerlas en la Biblia. En especial en una carta escrita por el Apóstol Pablo a los Filipenses (capítulo 2: 3-14) “no hagas nada por contienda o por vanagloria… cada uno interésese no sólo en lo suyo sinó también en lo de los demás… Tu actitud debe ser la misma que tuvo Jesucristo… cuando hagas algo evita las quejas y discusiones para que nadie te pueda reprochar nada. Lleva una vida pura, inocente, como corresponde a los hijos de Dios en este mundo sombrío y plagado de individuos perversos…”
Debido a la complejidad de nuestros cerebros estamos capacitados para hacernos preguntas a nosotras mismas y comprobar si hemos progresado en cosas practicas como así también en aspectos más abstractos de nuestra responsabilidad. Puedo preguntarme si mis motivos son egoístas y si sólo deseo sobresalir o me interesa el bien de los demás. Estoy siempre quejándome o digo cosas amables y útiles. Puedo preguntarme si mi carácter se está asemejando más al de Jesucristo como debería ser.
Son cosas que los animales no pueden hacer.
Pero es así porque Dios nos creó diferentes con la capacidad de pensar, planificar y edificar grades cosas.
Nos dio la capacidad para ser responsables del mundo en el cual vivimos y cómo hacerlo.
Podemos trabajar y proveer para nuestras familias así como enseñar a nuestros hijos a ser buenas personas y vivir adecuadamente en nuestra comunidad. Por sobre todo Dios nos hizo con la capacidad de entender que Jesús sufrió y murió en la cruz por nuestros pecados. Nuestro cerebro nos ayuda a decidir, escoger y aceptar el perdón por las cosas malas que hayamos hecho o decidir no aceptarlo.
Dios no nos hizo como máquinas como bien tú y yo lo sabemos sino como personas que pensamos y escogemos.
Nuestra oración es que permitas que Dios te ayude a escoger correctamente y por sobre todas las cosas escoge aceptar a Jesús como tu Salvador.