Yo quisiera hablarte del amor de Cristo,
Pues en Él hallé un amigo fuerte y fiel,
Por su gracia transformo mi vida entera
Lo que en esta vida soy se lo debo a Él.
Mi vida estaba llena de ayes y tristeza
Llena estaba de miseria y de dolor;
Con ternura Cristo me tendió la mano,
Y me guió por el sendero del amor.
Cada día viene a darme nuevo aliento,
A mi corazón infunde dulce paz;
No comprenderé porque vino a salvarme,
Hasta que en el cielo pueda ver su faz.
Nadie pudo amarme como Cristo,
Es incomparable su amistad;
Sólo Él pudo redimirme del pecado,
Por su amor y su bondad.