«Jeremías»

Vitamina C
26 junio 2006
Fruto del Espíritu: Fe, Mansedumbre y Templanza
3 julio 2006

Como el barro en las manos del alfarero
Es mi vida en tus manos, dulce Señor.
Tú trabajas paciente y con esmero;
Y aún más, aún más, con infinito amor.Moldeando mi vida, no como yo lo quiero
¡Sino como tu lo sabes mejor!
¡Y de aquel mísero barro
Tú harás un utensilio para tu uso y honor!
Como el árbol plantado junto a aguas corrientes
Es mi vida arraigada en ti dulce Señor.
Mis raíces se nutren en tus ricas vertientes
Y no hay seca que pueda consumir mi verdor.
¡Porque Tú eres la savia, crezco espiritualmente;
Porque Tú eres la savia, no ha de faltarme flor;
Porque Tú eres la savia, no ha de faltarme fruto;
Porque tu eres la savia, es porque vivo Señor!
Como casa que ha sido sobre roca construida
Es mi vida y tu eres roca eterna, Señor.
Aunque el huracán ruja jamás será movida,
Aunque el agua golpee con tremendo furor;
Porque Tú eres mi roca, en Ti estoy protegida.
Tú eres mi fortaleza, mi torre, mi valor.
Tu eres el nuevo canto de mi alma redimida
¡Y Tú eres Oh Cristo, el dulce redentor!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *