Editorial Febrero 2007

Fijando metas efectivas – Parte I
5 febrero 2007
Cartas de oyentes
7 febrero 2007

Queridas intercesoras:
Durante mis viajes y noches sin dormir en los aeropuertos y lugares desconocidos alrededor del mundo, pienso en ti y el trabajo que realizas orando de modo que podamos hacer el trabajo llevando esperanza y salvación a las mujeres a través de los programas de radio; a las mujeres que sufren y necesitan esperanza alrededor del mundo. Gracias querida amiga.

Hace unos meses, todo el mundo pudo observar la extravagancia de billones de dólares de dos celebridades de Hollywood casándose en Italia. Era su tercer casamiento. La novia y el novio fueron fotografiados sosteniendo a su beba y yendo a la iglesia para pedir las bendiciones de Dios…
El matrimonio no significa más compromiso y fidelidad, más bien es un show y una pasión carnal.
Los adolescentes alrededor del mundo están siendo influenciados por este tipo de así llamados «role models» que dominan los medios. No es de extrañar que la estructura de la familia en nuestra era post-moderna esté colapsando. Estamos viendo la ruina de los mismos fundamentos de la sociedad.

La decisión de seguir a Cristo es la más importante que una mujer pueda hacer. La segunda decisión más importante es acerca de con quién se va a casar. En algunas culturas, los padres hacen esta decisión por su hija. Sin embargo la decisión se toma y es un factor determinante para su felicidad para el resto de su vida. También determina su futuro y el de sus hijos.

Tal decisión crucial debe ser librada en oración. ¡Tenemos que comenzar a orar por el futuro esposo de nuestra hija tan pronto como haya nacido! Vivir en un matrimonio infeliz, de insatisfacción es una de las más dolorosas experiencias que podamos tener. He visto hermosas mujeres lastimadas y devalorizadas después de años de abuso verbal, emocional y también físico. A través de nuestro trabajo de Proyecto Ana comprobamos que un matrimonio – en realidad una vida – sin Cristo es una tragedia.

Oremos por las jóvenes mujeres para que sigan los principios de Dios para un buen matrimonio. Oremos por las parejas cristianas para que sean un modelo de la perfecta unión entre Cristo y Su novia, la Iglesia. Oremos para que los maridos y las esposas se respeten, honren y amen el uno al otro como Cristo amó a la Iglesia, incondicionalmente.

Porque cuando hacemos este trabajo sobre nuestras rodillas en oración, estamos siendo agentes de cambio. Estamos rogando al Único que puede traer sanidad a este mundo de relaciones rotas, matrimonios rotod y familias separadas, y El lo hará.

Oro con ustedes.
Marli Spieker
Fundandora

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