La limpieza de Dios

El agua pura, como medicina
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Salmos 51
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Todo lo que aprendemos acerca de la buena salud, parece decirnos “mantén la limpieza”. Necesitamos mantener limpias las heridas, necesitamos beber agua limpia, mantener nuestras manos limpias, mantener las comidas limpias, la casa limpia, la piel limpia, nuestro cabello limpio… ¿Pero qué acerca de nuestros corazones y mentes? ¿Deberíamos mantenerlos limpios también? Puede suceder que en nuestra mente haya pensamientos que no son limpios… o algunas actitudes en nuestros corazones que sabemos no son buenas.

Pepe necesitó limpiar el corte que se hizo en la mano para asegurarse que no había nada de polvo sucio en su interior o se le infestaría. Si guardamos alguna suciedad en nuestros corazones – malos pensamientos y actitudes equivocadas, hará un mal efecto en nuestras mentes y corazones. Debemos limpiarnos de todo lo malo, puede dañarnos y traernos complicaciones.

La Biblia dice en 1ª. Pedro 2:1: “Dejen toda mala conducta, todo engaño, toda hipocresía, envidia y toda maledicencia.”

¿Cómo podemos hacer eso? No es fácil dejar de hablar mentiras… o ser celosa… o decir cosas que no son amables. Necesitamos la ayuda de Dios para deshacernos de esas cosas. ¿Cómo podemos mantener nuestros corazones y nuestras mentes limpios?

Escucha lo que dice Dios a través de Su Palabra, la Biblia:

“Piensen acerca de todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre. Piensen acerca de todas esas cosas que son excelentes y dignas de alabanza.” (Fil. 4:8)

Para mantener nuestros corazones y mentes limpios, necesitamos llenarlos con cosas buenas y limpias. La Biblia continúa diciéndonos… “y el Dios de paz, estará con ustedes.”

La medicina más importante para nuestros cuerpos si estamos enfermos, es beber mucha agua. Y para nuestras mentes y corazones, la medicina más importante, si estamos en pruebas es, mucha limpieza, pensamientos útiles, mucho de la Palabra de Dios… y muchos cantos de alabanza a Dios. Hay un refrán que dice: “Quien canta, sus males espanta”, pero trata de entonar canciones cuyas letras tengan sentido Cuando ocupas tu mente con cosas buenas, no quedará lugar para lo malo.

La historia de Lorna.

Lorna es mamá, tiene 3 hijos. Los dos más grandes van a la escuela, pero el tercero es un niño pequeño aún. Cada jueves por la mañana Lorna lleva a Evan a un club de niños donde ellos pueden jugar con otros niños… mientras tanto las madres, conversan entre ellas. Los niños juegan y comparten una merienda.

A Lorna le gusta llevar a su hijo a ese club. A su vez ella disfruta con las otras mujeres.

Cada vez que lleva al niño a ese lugar, debe pagar un poco de dinero para la comida que reciben los niños y los juguetes que comparten entre ellos. Sara, la organizadora del grupo, se encarga de juntar el dinero cada semana.

Un jueves Sara dejó algo de dinero sobre un banco. Y… mientras nadie estaba mirando, Lorna tomó el dinero y lo colocó en su bolsillo. “Nadie lo va a echar de menos”, se dijo Lorna a si misma. Continuó conversando con las otras madres mientras Evans, como de costumbre jugaba. Pero en su interior, esta mujer, no se sintió bien. Ella sabía muy bien que había hecho algo malo. En su interior se sentía sucia.

Cuando terminó la actividad, Lorna y su hijo regresaron al hogar. Pero Lorna no se sentía feliz a causa del dinero que había tomado. Se sintió muy mal; así que, en lugar de gastarlo, lo guardó en su casa. “Lo gastaré otro día” se dijo a sí misma.

Pero, al ir pasando los días, Lorna se sentía cada vez peor por el dinero que había robado. Se preguntaba qué podría hacer, pues realmente, se sentía muy mal.

Lorna pensó mucho acerca de lo que había hecho y decidió que devolvería el dinero. Ella tomaría consigo el dinero y lo llevaría el próximo día de clase y hablaría con Sara acerca de lo que había hecho.

Sintió que eso era lo correcto y que debería hacerlo; pero… al ir acercándose el día jueves, estaba cada vez más preocupada de lo que sucedería. Se preguntaba, ¿Es que Sara se enojaría mucho? ¿Le pediría que no volviera nunca más al club?

Cuando llegó el jueves, llegó al club bien temprano. Esperaba tener la oportunidad de hablar con Sara, antes que llegaran las otras mamás. Sara estaba allí afuera con los juegos. Respiró profundo y comenzó a contarle acerca del dinero.

Las palabras comenzaron a rodar rápidamente de su boca y ella se puso a llorar

¡Se sintió tan avergonzada de si misma!

“Lo siento Sara. Debes pensar que soy muy mala. Probablemente no quieras que Evan siga viniendo aquí para jugar.”

Pero Sara colocó su brazo sobre los hombros de Lorna y dijo: “Está bien Lorna. Has traído el dinero de vuelta. Yo sé que tú lo sientes y está bien para mí. Te perdono… Y es todo lo que tengo para decirte. ¡Y por supuesto, tú no tienes que irte de este lugar!

Lorna dio un suspiro de alivio: “¡Gracias Sara. No lo haré nunca más. Gracias por ser tan amable.”

Pero Sara quiso decir algo más. “Sólo una cosa más, Lorna – sería bueno que tú le pidas a Dios que te perdone también. Así te sentirás limpia otra vez. Mientras cuido de Evan, ¿por qué no vas al cuarto de al lado y hablas con Dios pidiéndole perdón porque has tocado ese dinero que no te pertenecía. Y Él te perdonará.

Cuando hacemos algo que sabemos que está mal hacerlo, a menudo nos sentimos como ella. ¿Te ha sucedido? La historia de Lorna y lo que ha hecho, nos ilustra claramente qué pasa en nuestras vidas cuando hacemos cosas indebidas. Realmente nos produce un sentimiento de tristeza y de pesar. Pero, ¿sabes algo? Me parece que Sara actuó correctamente cuando le sugirió a Lorna que fuera a un lugar a solas y le pidiera perdón a Dios. Dios siempre perdona cuando arrepentidas llegamos a Él y limpia nuestras conciencias para que nos sintamos bien otra vez. Nos quita la carga y el pesar de nuestro interior para que nos sintamos libres de ese malestar.

La Biblia, la Palabra de Dios, nos enseña una verdad preciosa en cuanto a las cargas y errores que cometemos, A las cosas malas que hacemos, la Biblia las llama “pecados”. Escucha estas palabras: “Si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” (1ª.Juan 1:9)

Y sabemos que todas cometemos errores. La Biblia dice que todos hemos pecado y estamos apartados de la gloria de Dios. Pero si confesamos nuestros pecados Dios nos perdona y nos limpia. ¡Realmente eso es maravilloso!

Cuando Sara perdonó a Lorna ella se sintió bien, pero cuando pidió perdón a Dios, realmente se sintió limpia en su interior y tuvo paz en su alma..

Cuando hacemos cosas que están mal, y lastimamos a alguien debemos ir y pedirle perdón y en lo posible restaurar el daño. Lorna fue a pedir perdón, pero también llevó el dinero robado y lo devolvió y prometió no hacerlo más. Luego pidió perdón a Dios porque cada vez que hacemos algo equivocado, ofendemos también a Dios porque no le agrada el pecado. Dios es puro y Santo y siempre quiere lo mejor de nuestra parte.

Debemos agradecer a Dios porque envió a Jesucristo Su Hijo a dar Su vida en la cruz por amor a nosotras. Amiga, confíale tu vida a Jesús cree en Él como tu Salvador personal y tendrás paz en el alma.

 

 

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