Manejando los berrinches de los niños

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El enojo de Jonás
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Rita había ido de compras al supermercado con su pequeña hija Laura.  Ya estaban prontas para pagar la cuenta cuando todo el problema se armó. Laurita reclamaba unas golosinas.

“Ahora no, mi querida” le dijo Rita. “Podrás tener algunas mañana cuando tu prima venga a visitarte”

“Yo los quiero ahora” lloraba y gritaba Laura.

“No” dijo Rita… “Mañana es tu día de golosinas y dulces”

Laurita se tiró al piso, golpeando con sus pies y gritando… ¡Ahora! ¡Yo los quiero ahora! Y así siguió zapateando y chillando…

Todo el mundo las miraba y Rita se sentía muy avergonzada sin saber qué hacer.

Hoy estaremos hablando acerca de los berrinches. Si eres madre y tienes niños que hacen berrinches, podrás comprender cómo se habrá sentido Rita ese día en el mercado. Laurita estaba muy encaprichada de lograr sus golosinas. Imagínala tirada en el piso, golpeando con sus pies  y chillando fuerte, mientras en la fila las personas esperaban su turno para pagar.  Rita estaba turbada, enojada e impotente frente a la escena que desarrollaba la pequeña niña. ¿Qué hubieras hecho  en su lugar si fuera tu hija o hijo?  Otra pregunta… ¿Cuándo fuiste niña, hiciste berrinches en medio de un mundo de personas? ¿Los hacías en tu casa?

A los niños les gusta salirse con la suya, quieren justo eso que se les ocurrió y a veces cuando no lo logran, reaccionan teniendo berrinches. Cuando un niñito los tiene es como una expresión de ira. Podría ser que corre de un lado a otro o puede ser que se tire al piso, pateando y gritando. A veces los niños aún se lastiman o gritan tanto que quedan muy agitados o no pueden respirar apropiadamente.  Algunos tienen estas reacciones desde muy pequeños.

Eso es cierto, muchos niños de dos años tienen berrinches. A menudo se sienten frustrados porque son demasiado pequeños o débiles para hacer algo que están intentando hacer;  o puede ser que un adulto les impide hacer o tener algo que desea. No tiene las palabras para explicar sus sentimientos, así que los expresa muy clara y audiblemente dando puntapiés o chillando.

Es más probable que los niños pequeños tengan berrinches si tienen hambre o están cansados. A veces al hacer muchas cosas en el día, sin momentos de quietud puede derivar en un berrinche lo cual conduce al enojo a todos quienes le rodean. Los niños también se estresan y reaccionan.

Queremos compartir algunas ideas que hemos reunido acerca de cómo una madre puede prevenir que su hijo llegue a los berrinches. Pero debemos advertir que no siempre lograrás prevenir alguno de ellos.

Bien, digamos entonces algunas cosas como sugerencias que esperamos  pueden ser útiles.

Si ves que tu niño se está poniendo estresado, distráele cambiando de actividad. Juega con él a algo tranquilo o sorpréndele con algo diferente para que juegue sólo. Algo muy bueno es salir a dar un paseo fuera de la casa, cambiar de ambiente o quizás ofrecerle algo de comer.

Creo que los niños pequeños cuando tienen hambre, algunos de ellos  llaman la atención haciendo berrinches. Recuerda que dijimos que aún no saben hablar para expresar sus sentimientos, así que, de alguna forma tienen que decirlo.

Por eso las mamás tenemos que ir descubriendo qué cosas le hacen reaccionar de esa manera, qué cosas estresan al pequeño. Ir de shopping, ir de visita a alguna casa, la hora de la comida o la hora de descansar.  Ellos tienen su rutina como dormir la siesta,  comer su alimento… tomar su biberón… cualquier cambio podrá influir en su humor.

Si debes salir dale algo de comer antes o carga en tu bolso con una pequeña vianda, algún zumo de frutas, agua o el biberón con leche. Planifica tus salidas para que sean cortas. Al ir creciendo el niño soportará horarios más extendidos fuera de casa o sin tener a la mamá cerca.

Los berrinches a veces suceden a la hora de las comidas, así que trata de tener la comida en hora y no pelees con tu hijo acerca de alimentos y comidas. Recuerda que un niño sano sabrá cuando ha comido lo suficiente.

Debes saber que en algunos casos, hagas lo que hagas, algunos niños de todos modos tendrán berrinches algunas veces. La mayoría de ellos  entre los 18 meses y los tres años los tendrán. Pero a medida que crezcan se les irá pasando y esta clase de conductas no durará para siempre.

Es muy bueno saber eso, ¿no te parece? Los niños, por lo general se libran de los berrinches a medida que van aprendiendo mejores maneras de mostrar sus sentimientos. Pero cuando un niño está en medio de toda esa reacción hay algunas cosas que las madres podrán hacer. Por ejemplo, algunos corren alrededor o dan punta pies o golpean. ¿Qué puedes hacer para que no se lastime? Puedes detenerlo o sostenerlo firmemente para que se calme. Pero otras veces es imposible levantarle o detenerle. En ese caso quitas de su lado algo que pueda romper o lastimarse y dejas que se calme por sí mismo.

Algunos niños en medio de esa rabieta pareciera que no respiran y se tornan azules. No debes asustarte, automáticamente  comenzará a respirar bien nuevamente. No te descontroles tú. Mantén la calma o pretende estar en calma aún si no lo sintieras así. Si tú estás asustada, mucho más lo estará el niño al no poder respirar. Si te enojas será peor para ambos. Controla tu tono de voz, habla tranquila segura y lento. Levántalo si fuere necesario y ponlo en un lugar seguro. No grites, es como echar leña al fuego, se encenderá peor.

Algunas personas opinan que los padres deberían ignorar a su hijo cuando está teniendo un berrinche. Es una buena idea si puedes lograrlo a menos que corra riesgo de lastimarse. Debemos evitar que el niño piense que el berrinche es la manera de llamar la atención de los padres.

No pretendas razonar con el niño cuando está en pleno enojo, no estará con humor para escuchar. No discutas con él o ella mientras está teniendo el berrinche. No podrá pensar claramente al estar así. No cedas y no le permitas hacer lo que no estaba permitido hacer  antes que se enojara. Por ejemplo: Si quería salir a jugar al jardín y le habías dicho “No,” no le permitas después del berrinche tampoco. Mantente diciéndole que “no.” Decirle “sí” sería como recompensar su berrinche y entonces volverá a hacerlo para conseguir lo que quiere.

Las mamás deben aprender a controlarse ellas mismas a veces. Tiene su recompensa al final. Pero… qué si haces todas las cosas bien y aún el hijo tiene muchos berrinches?

Debes recordar que todos los niños tienen sus enojos. No lo hacen deliberadamente para enojar a su mamá. Ellos también se sienten frustrados por no lograr las cosas. El berrinche puede llegar a ser un mal hábito. Le llevará tiempo cambiar. Mientras el niño va creciendo debes ir enseñándole, cómo pedir las cosas, cómo usar las palabras de modo que tenga mejores maneras de pedir lo que necesita o expresar sus sentimientos.

La enseñanza más eficaz es con el ejemplo. Como mamá debes tener control sobre tus emociones cuando te sientes frustrada o enojada. Debes tener dominio propio y eso es como domar un potro salvaje. No grites, no uses lenguaje inadecuado. Respira profundo y toma dominio sobre tus emociones. Habla con calma pero segura de lo que quieres lograr.

Amiga, recuerda que no hay madre ni padre perfecto. No existe esa persona. Todos cometemos errores. Lo más importante es hacer saber a tu hijo que aún así tú eres la que mandas pero que también lo amas mucho y deseas lo mejor para él o ella.

La Biblia tiene un buen consejo para los padres y para los hijos. Dice así: “Hijos obedezcan a sus padres. Padres no provoquen a ira a sus hijos.” Que Dios te ayude a ser una madre sabia.

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