Mujeres cristianas que comprendan que muchas veces los hombres son tentados a pecar por las cosas que ven y que como cristianas sus conductas y apariencias no deberían ser tales que animen a los hombres a tener pensamientos pecaminosos. «Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.» (Rom. 14:13)