El mensaje del Evangelio se difunde

Cartas de Oyentes del Programa
1 marzo 2013
2 de Marzo
2 marzo 2013

Queremos compartir contigo una historia más acerca de algo que ocurrió después de la muerte, resurrección y ascensión a los cielos, de Jesucristo el Hijo de Dios. Sus primeros seguidores comenzaron a predicar las buenas nuevas del evangelio y enseñar que si creían en Jesús serían justificados ante  Dios. Algunas personas  aceptaban el mensaje con gran gozo, pero otros estaban molestos con lo que se decía y despreciaban a los seguidores de Jesús y sus enseñanzas. Esos fueron tiempos difíciles y queremos contarte lo que sucedió entonces. (Hechos 7 y 8)

Uno de los seguidores de Jesús se llamó Esteban. Dios lo había bendecido con el don de sanar personas. Era también un poderoso predicador conocido por su sabiduría. Pero un grupo de hombres, de diferentes partes del imperio romano, no estaban de acuerdo con Esteban y argumentaron en contra de su mensaje. Aún sobornaron a hombres que dijeran mentiras, diciendo que Esteban estaba hablando contra Dios y Su santa ley.

Así que Esteban fue arrestado y llevado ante el Concilio. Pronunció un largo mensaje acerca de cómo Dios se había dado a conocer a sus ancestros.  Dios les dio Su buena ley por la cual debían vivir, y los bendijo de muchas maneras. Sin embargo, muchas veces en el pasado Su pueblo había quebrantado las leyes de Dios y se había entregado a adorar ídolos. Sus ancestros iban al templo de Dios, dijo Esteban, pero no sabían cómo era el verdadero Dios; eso lo demostraban por su manera de actuar. Mataron a muchos profetas de Dios, y ahora sus descendientes, traicionaron y mataron a Jesús, el Hijo de Dios y santo siervo.

Puedes imaginar cuán enojados se pusieron los miembros del Concilio. Olvidaron todo acerca de lo que la ley decía que tenían que hacer. Ellos se agolparon sobre Esteban y lo arrastraron fuera de la ciudad y le arrojaron grandes piedras golpeándole fuertemente. Esteban clamaba “Señor Jesús, recibe mi espíritu.” Cayó de rodillas y gritó fuerte, “Señor, no les tomes en cuenta su pecado.” Y luego murió.

Esteban fue un hombre muy valiente. Él debe haber creído con todo su corazón que Jesús fue enviado por Dios  para salvar al pueblo de sus pecados. Estaba preparado y dispuesto a morir, contándole al pueblo acerca de Jesús.

El mensaje de Esteban era muy osado, pero era verdadero. Y no era sólo para el pueblo judío… fue para nosotros también. Y en un sentido todos nos parecemos a los miembros de ese Concilio, no nos gusta que nos digan que hacemos errores. Pero, en lo profundo de nuestro corazón sabemos que es verdad- Hemos dado las espaldas a Dios en algún momento. Hicimos cosas que sabemos que están mal y hemos puesto otras en el lugar que le corresponde a Dios en nuestras vidas.

¿Cómo podemos saber y aprender acerca de Dios? ¿Cómo piensas que es Dios? Él se ha mostrado a nosotros de diferentes maneras. Lo ha hecho a través de su maravillosa creación.  Cuando miras lo hermosa y complicada que es la tierra, las estrellas y la luna en la noche, ¿no se te ocurre pensar  cuán increíblemente ingenioso,  poderoso y ordenado es nuestro Dios? Cuando vemos cómo Él ha hecho cada criatura ocupando su lugar en la naturaleza pensamos que a él le interesa y quiere cuidar de toda la creación-  incluyéndonos a nosotras.

Dios se ha mostrado también a través de la Biblia – Las Sagradas Escrituras. Pero la manera más especial fue a través de Jesucristo. Jesús es Dios, vino en forma humana para mostrarnos cuán santo, amoroso y poderoso es Dios. Nos enseñó  cómo quiere  que vivamos y dio Su vida en la cruz para cargar con el castigo que merecíamos nosotros. Vino para traernos nueva vida.

En parte, esa era la manera que Esteban estuvo dispuesto a vivir y a morir por Jesús. Pero permíteme contarte que sucedió luego…

“Mientras unos hombres apedreaban a Esteban hasta la muerte, un joven de nombre Saulo permanecía observando. Estaba de acuerdo en lo que ellos hacían. Más que eso, Saulo comenzó a perseguir a los creyentes en Jesús. Él y sus hombres iban de casa en casa y arrastraban a hombres y mujeres y los ponían en la cárcel. Los que podían, huían de Jerusalén y sólo quedaron los apóstoles- primeros seguidores de Jesús.

Entonces los que fueron esparcidos, no cesaban de hablar de Jesús, anunciando la Palabra de Dios. Por donde sea que iban divulgaban el mensaje que Jesús era el prometido de Dios. Algunos de ellos sanaban a las personas y echaban fuera demonios con el poder de Jesús. Así que cada vez más personas creían en Jesús y recibían el Espíritu Santo de Dios y continuaban contándoselo a otros. Fue así que las buenas nuevas de Jesús se divulgaron más allá de Jerusalén.

Es sorprendente cómo ellos se mantuvieron divulgando el mensaje. Hubiera sido más seguro mantenerse callados. ¿Qué hubieras hecho tú en el lugar de ellos?

Sabes que aún hoy, personas que siguen a Jesús pasan por muchas pruebas. A veces son problemas con la misma familia. Otras veces en las comunidades o gobiernos donde viven. A veces ellos sienten que deben permanecer callados. ¿Qué los mantiene para que sigan creyendo?

Creo porque es que ellos han encontrado nueva vida siguiendo a Jesús. Han visto el poder que tiene. Aceptan que Dios se mostró al mundo a través de Él y quieren que sus amigos tengan la misma esperanza y gozo que tienen ellos.

Hace más de 2000 años se viene contando esta historia verdadera. El  mensaje de Jesús se ha divulgado por todo el mundo. Dios sigue alcanzando personas para Su reino, personas como tú porque Su amor es tan grande. Espero que creas y aceptes a Jesús en tu vida, experimentes Su salvación y la compartas con otros.

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