Mujeres víctimas de Mutilación o Fístula

Incontables inocentes vidas han sido arruinadas por la grotesca costumbre de la mutilación genital femenina (llamada también circuncisión femenina o corte genital) y una lesión devastadora llamada fístula. En muchos países, poco se hace para proteger a las mujeres y a las niñas de estas horribles condiciones y hay pocos recursos para ayudar a las víctimas a luchar y reconstruir sus vidas.
Una de las más comunes formas de tortura es infligida por las madres sobre millones de hijas cada año en África y Asia. La mutilación genital femenina está también en alza en los Estados Unidos, Canadá y países europeos. Esta violenta práctica cultural deja un trauma emocional que dura toda la vida. A menudo causa infecciones, dificultades urinarias y cicatrices en el tejido que hace peligrosamente difíciles alumbramientos y aumento de mortalidad maternal.
La fístula es una horrible lesión que daña a las mujeres física, emocional, social y económicamente. Una fístula es un agujero en el canal de alumbramiento causado por el trabajo de parto obstruido. Una fístula también puede desarrollarse durante una violenta violación. Las mujeres que experimentan una fístula sufren constante incontinencia, vergüenza, segregación social, y problemas de salud.
La fístula es prevenible y puede ampliamente ser evitada eliminando los matrimonios infantiles, demorando la edad del primer embarazo, terminando con las prácticas tradicionales dañinas como la mutilación genital femenina y proveyendo ayuda a tiempo para un apropiado cuidado al dar a luz. La mayoría de las fístulas pueden ser reparadas con cirugía; sin embargo, muchas mujeres pobres urbanas, no pueden aún lograr un transporte hasta el hospital.
Ora con nosotras por estas mujeres y niñas y por las organizaciones ayudándolas a que aprendan habilidades, a encontrar empleo, aprender del amor de Dios por ellas y disfrutar otra vez de la vida.