Editorial Enero 2015
31 diciembre 20141 de Enero
1 enero 2015Las damas de Costa de Marfil visitaron una viuda que vive con sus cuatro hijos en un pequeño lugar. Desde que falleció su esposo, lucha cada día para sobre-vivir, a menudo teniendo que saltear comidas. Debido que no tiene dinero para uniformes, los hijos no van a la escuela. Siendo capaces de dar a esta familia los medios para que pudiera comer fue bueno, pero agradecemos a Dios por el amor y la esperanza en Jesús que podemos compartir más allá de las lágrimas derramadas. La hija dijo: “Desde que nuestro padre falleció, la vida se puso muy difícil para nosotros. Encontrar suficiente para comer es un problema real para la familia. Lo que ustedes hicieron nos ha conmovido.,”
Tanzania: Una viuda de nombre Nembris, de 53 años, nos invitó a su choza. En la choza viven con ella, dos de sus cinco hijos y tres nietos; su hija falleció y su yerno se volvió a casar. Ella misma construyó la vivienda con una mezcla de estiércol de vaca y arcilla. El techo es de un material que debe ser reconstruido cada año. Por dentro era una choza oscura ya que las paredes eran grises y sólo tenía dos pequeños respiraderos a modo de “ventanas.” Todos dormían en una cama levantada en frente de un lugar que es usado también para cocinar. Con una antorcha podíamos ver las letras del alfabeto escritas en la parte de la pared pintada de amarillo. Ella puso las letras allí para que sus hijos aprendieran y repasaran.
Mona de Albania: “Soy una viuda. Mi esposo falleció hace 10 años. Tengo dos hijas. No es fácil para mí, pero alabado sea el Señor que me ha encontrado. Quiero agradecerles por Mujeres de Esperanza en albano. Este programa me ha ayudado muchas veces, especialmente a entender a mis hijas. Los temas son muy buenos y genuinos. Que el Señor les bendiga.”
Flora, 46 años, de Albania: Soy una mujer divorciada. Tengo dos hijos adultos Desde el momento que me divorcié, mis dos hijos permanecieron con mi esposo. Yo regresé a la casa de mis padres., Mientras hacía la tarea diaria, solía escuchar mucha música en la radio. Escuchando música un día, escuché un programa titulado “El calendario de oración del Proyecto Ana.” En el cual escuché a la conductora orando por las mujeres en general. Me tocó mucho porque nunca pensé que alguien pudiera orar por mí. Comencé a escucharlo todos los días y realmente me gustaba. Hoy, después de siete años desde que comencé a escuchar por primera vez, aún lo escucho y oro de acuerdo a los pedidos de oración. Gracias por lo que están haciendo. Que el Señor las bendiga.”
Mozambique: “Soy una cristiana y miembro de un grupo de oración del Proyecto Ana. Por mucho tiempo he asistido a las reuniones de oración del Proyecto Ana, y le hacía muchas preguntas a Dios y Dios respondía mis oraciones. Regresaba a mi hogar pensando que era todo lo que yo necesitaba porque cuando estaba allí, me sentía bien espiritualmente y tenía paz en mi vida. Mi esposo falleció y yo regresé a las reuniones llorosa y desesperada. Mis compañeras del Proyecto Ana, vinieron y oraron conmigo para ayudarme a restaurar la esperanza y la paz. Me aconsejaron para que fuera a la iglesia y que confiara en Dios dentro y fuera de la iglesia. Ahora me doy cuenta que Dios debe estar en nuestras vidas todo el tiempo. Cuando me acerqué a mi iglesia toda la gente estaba feliz de recibirme junto con mi familia. Mis hermanas, si ustedes están en el grupo de Proyecto Ana, no olviden ir a la iglesia. Confíen en Dios. Él les dará paz aún cuando tengan problemas.”

