31 de Marzo
31 marzo 2015Testimonios de oyentes en Vietnam
31 marzo 2015Querida intercesora:
Mi corazón está lleno de gratitud por tu fidelidad en orar con nosotros este mes por las mujeres que viven en extrema pobreza. Está bien decir que las mujeres son las menos valoradas, las menos alimentadas y las menos educadas a través de la mayor parte del planeta. Y en cuanto al contacto con el evangelio el misionero John Fain nos dice: “Las mujeres son los grupos de personas más inalcanzados del mundo.” No importa de qué cultura se trate, ellas son las más pobres de los pobres.
Jesús inauguró su ministerio terrenal con las palabras del profeta Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para proclamar las buenas nuevas a los pobres.” Y tú y yo somos llamadas a hacer lo mismo. Sí, no todos pueden predicar o enseñar el Evangelio- ¡pero todos podemos orar! Cuando oramos, entramos a los reinos espirituales donde la batalla por los corazones y mentes humanas arrecia. Proclamamos el plan eternal de Dios de “prosperarnos, darnos esperanza y un futuro.” Cuando oramos, empoderamos a nuestros equipos alrededor del mundo a liberar estas buenas noticias transformadoras. La pobreza nunca fue intención de Dios. La pobreza es una expresión del mal, de la degradación humana, de la desigualdad e injusticia social.
Cuando fui una pequeña niña viviendo en Brasil, he visto los efectos espantosos de la pobreza. Mata los sueños de las personas. Encierra a las personas- especialmente a las mujeres- en un círculo vicioso de desnutrición, ignorancia e indignidad causada por la codicia, lujuria y egoísmo opresor. ¡Sin embargo, hay un antídoto para la pobreza material y espiritual, y es la oración! Dios nos ha dado la oración porque Dios nos ha dado la misión de “proclamar Sus buenas nuevas” que levanta a estas sufrientes personas por encima de sus circunstancias. ¡Las cambia! ¡Redefine a las mujeres! ¡No más impotencia! ¡No más siendo paralizadas por el temor y a cambio de eso, listas a enfrentar la vida en el poder de Dios! No más ser pobres y débiles; en vez de eso ser ricas y poderosas en el Señor.
Y hay más. Cuando oramos llegamos a ser transformadoras del mundo aún sin salir de nuestras casas. El calendario de oración de Proyecto Ana nos ayuda a orar inteligente, específica y corporalmente. A veces es muy duro leer las informaciones y terribles estadísticas en él. Pero nos ayuda a conocer los esquemas del Príncipe de las Tinieblas para pelear contra él efectivamente. Llegamos a ser faros de luz donde la pobreza y la oscuridad material, psicológica y espiritual prevalecen.
Pueda Dios usar nuestras oraciones llenas de fervor y fe para traer redención y restauración a estas queridas mujeres.
Creyendo contigo:
Marli Spieker
Fundadora- Directora Ministerio Global
Proyecto Ana

