Editorial Setiembre 2015

Dios que sea el protector de las esposas que han sido abandonadas o divorciadas y necesitan comida y refugio. Ore por aquellas que injustamente perdieron la custodia de sus hijos, que encuentren consuelo y ayuda de los cristianos.
14 agosto 2015
Testimonios de oyentes
1 septiembre 2015

Querida amiga:
Nunca olvidaré mi primera visita a Zanzíbar – una isla en Tanzania en la costa este de África. Estábamos visitando la única iglesia Anglicana construida y que aún estaba en pie. Hoy el 99% de la población de Zanzíbar pertenece a diferentes religiones. Los cristianos son constantemente perseguidos. En el altar vi el círculo de mármol rojizo sobre el piso simbolizando el lugar donde los esclavos acostumbraban pararse para la venta en el mercado más grande de la isla. Es un permanente recordatorio de la sangre real de los jóvenes, hombres y mujeres que una vez mancharon el suelo polvoriento. Desde Zanzíbar, miles de esclavos eran despachados por barco a todas partes del mundo, pero la mayoría de ellos a mi país nativo- el
Brasil. La cruz de madera fue hecha del árbol bajo el cual el corazón del famoso Dr. David Livingstone fue enterrado. Él fue un ardiente defensor anti – esclavista. Murió el 1º. De Mayo de 1873, mientras exploraba el curso del Río Nilo.
No puedo ayudar, pero noto un muy hermoso y muy personal hilo que conecta esta inspiradora historia a lo que tú y yo hacemos hoy. Setenta y dos años más- un día después que falleciera el Dr. Livingstone, yo nacía en Brasil, esa nación de Un Mundo Nuevo donde tantos esclavos llegaban. Como él, llegué a ser una misionera y ahora me uno a ti en proclamar a través de Proyecto Ana que Jesucristo dio Su sangre en la cruz para librarnos a cada una de las que creemos, de la esclavitud del pecado. Un poderoso río de Salvación fluye desde Su cruz, derrotando el poder de la pobreza y de la injusticia y las fortalezas del “mercado de esclavitud espiritual” de este mundo- ¡Satanás mismo!
Hace pocos meses, vi otra vez el poder transformador de la cruz en acción en todo en África Oriental. Íbamos a Zoissa, un conjunto de cinco villas en el corazón de África. Allí en ese remoto punto, encontramos 1500 mujeres y hombres, alabando, danzando y cantando con gozo estas palabras: “¡Dios escucha el ruego de los afligidos, y Su gracia desciende a nosotros a través de Proyecto Ana!” Eso es a lo que se parece la esperanza, pensé para mí misma. Lágrimas de gozo llenaban nuestros ojos mientras veíamos la esperanza danzando sobre la pobreza y la injusticia.
Oremos con confianza por las mujeres de África Oriental porque, les aseguro, nuestras oraciones están haciendo la diferencia. Mujeres en cautiverio están experimentando la realidad de la declaración de Jesús: “Si el Hijo las hace libres, serán verdaderamente libres.” (Juan 8:36) Así que, oremos sin cesar por estas queridas mujeres en Etiopía, Kenia, Tanzania, y más. Que podamos danzar y alabar y regocijarnos en la promesa de Dios que “El que está en ustedes es mayor que el que está en el mundo.” (1ª.Juan 4:4)
Creyendo contigo,
Marli Spieker
Fundadora, Directora Ministerio Global
Proyecto Ana

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