Absorbiendo la palabra de Dios

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Hemos estado hablando de los beneficios que obtenemos si usamos la soja como un alimento en nuestra dieta. También hemos conversado sobre la necesidad de comer una variedad de alimentos para tener los nutrientes necesarios para nuestros cuerpos. ¿Qué pasaría si solo comiéramos los alimentos que nos gustan? Si así fuera, yo comería muchas cosas dulces porque mi paladar los apetece. Tengo algunas amigas que me han dicho que lo dulce no les atrae realmente y prefieren comer carne. Cualquiera sea la preferencia, no estaríamos muy bien de salud si tan solo comiéramos una sola clase de alimento. Como puedes ver entonces es muy importante tener una buena dieta con una variedad de alimentos, incluyendo la soja y sus derivados, además de otros alimentos saludables.

¿Sabes que a la Biblia, la palabra de Dios, se la compara con un alimento saludable? ¿Cómo puede ser eso? ¿Puedes realmente comer de la Palabra de Dios? «Comer de la palabra de Dios» no significa arrancar las hojas de la Biblia, masticarlas y tragarlas. Cuando se habla de «comer» se refiere tan solo a una expresión, una manera de decir que debemos alimentarnos de ella. A veces la acción de comer es comparada con aprender. Cuando comemos, ponemos algo en nuestra boca, lo masticamos y lo tragamos. Los alimentos pasan de la boca al estómago donde nuestro cuerpo comienza el maravilloso proceso de digerir nuestro alimento, extrayendo todas las buenas cosas o nutrientes de lo que hemos comido para edificar el cuerpo. ¡Nuestros cuerpos convierten el alimento en huesos saludables, sangre nueva, piel nueva y muchas otras cosas!

Aprender es muy parecido a comer, solo que el proceso se da en nuestra mente y no en el estómago. Cuando escuchamos la Palabra de Dios la guardamos en nuestra mente. Pensamos en lo que hemos leído o escuchado. Eso se compara a la acción de masticar. Cuando pensamos acerca de lo que Dios ha dicho, debemos decidir si la vamos aceptar o no. ¿Creeremos lo que Dios ha dicho? ¿Rechazaremos la Palabra de Dios? Quiero preguntarte cuál es la decisión que te hará bien, la más saludable. ¡Por supuesto, lo correcto es creer en la Palabra de Dios! Necesitamos confiar que Dios nos ama y sabe lo que es mejor para nosotras. Dios nos dice en el libro de los Proverbios que “Perfecta es toda palabra de Dios. No hay error en ella» (Proverbios 30:5). Así es que aceptamos que la palabra de Dios es verdadera. Una vez que hayamos hecho esto, la palabra de Dios se hará parte de nosotros y de nuestros pensamientos. Cuando la palabra de Dios se haga parte de nuestro pensamiento, entonces nuestras acciones seguirán a la maravillosa palabra de Dios que se hará parte de nosotros. Podemos decir entonces que la hemos digerido.

Permíteme que te dé un ejemplo acerca de lo que estoy hablando. Supongamos que tienes una vecina que vive cerca de tu casa y no es de tu agrado. Quizás no te gusta la manera que se viste, habla o trata a sus hijos. Si te pidiera que me nombraras una cosa que te gusta de ella, tú no podrías pensar en ninguna de ellas. Me dirías que todo lo que ves en ella te pone nerviosa. Por otro, lado escuchas que Dios te pide que ames a tu vecina como te amas a ti misma. Pero tú me dices que la verdad es que no amas a tu vecina en absoluto, ni te gusta para nada. Pero Dios dice que debes amarla y que tus actitudes hacia ella tienen que cambiar. Puedes orar a Dios y decirle: “Señor, yo sé que tú quieres que yo ame a mi vecina, pero honestamente no puedo. Por favor, ayúdame a cambiar mi actitud”. Y un día cuando escuches que tu vecina se encuentra enferma, podrías hacer una comida para ella y su familia y alcanzársela hasta la casa. Así podrías demostrar amor por ella y que has crecido en tu vida de relación con Dios. Podríamos decir que has comido de la palabra de Dios y te ha fortalecido en tu vida espiritual.
Eso no solo agrada a Dios, sino que te hace una persona más feliz y saludable. Descubrirás un cambio en tus actitudes hacia tu vecina y comenzarás a tener una buena actitud hacia ella.

Así como hacemos un esfuerzo para comer los alimentos cada día, necesitamos “comer” de la palabra de Dios día a día. Debido a que somos humanos y tendemos a olvidarnos, necesitamos que constantemente se nos recuerde de parte de Dios cómo vivir nuestras vidas de la mejor manera posible. Necesitamos aprender cosas nuevas acerca de Dios, de modo que podamos crecer en amor hacia Él. Puedes hacer esto leyendo la Biblia cada día. Puede ser que no tengas una Biblia; si así fuere no dejes de escuchar los programas en los cuales aprendemos acerca de Dios y de Su amor por nosotras. La Palabra de Dios es para todas nosotras. Está llena de verdades sencillas pero a su vez profundas. Una comida sencilla puede ser tan nutritiva como una bien elaborada. Solo debemos ser constantes en alimentarnos día a día para adquirir los nutrientes que nos mantendrán saludables. Así es con la Palabra de Dios: es viva y eficaz y nos ayuda a sentirnos fuertes para enfrentar las situaciones difíciles de la vida.

Te invito a que oremos juntas a Dios y le digamos:

Señor mi Dios:
Te agradezco por tu Palabra. Me enseña a vivir una buena vida. Ayúdame a alimentarme de ella y llenar mi corazón de tu verdad. Gracias, Señor, porque la puedo leer cada día y meditar en tus enseñanzas.
Amén.

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