Epidemias: cuidados y prevención

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Vivimos en un tiempo cuando gracias a los adelantos tecnológicos podemos saber al instante qué está ocurriendo en cualquier lugar del mundo. Nos enteramos de eventos grandiosos y hermosos, vemos lugares paradisíacos que nos maravillan, pero también escuchamos y vemos cosas que suceden aquí y allá que abruman nuestras vidas: epidemias, hambre, pobreza, falta de agua, ataques terroristas. Y nos preguntamos: ¿cómo puede una persona sentirse segura en medio de todo esto? ¡Es una gran pregunta! Por lo general nos detenemos más a pensar en lo trágico porque afecta a nuestra sensibilidad humana. Siempre busquemos recibir la información de fuentes confiables. La experiencia nos enseña que hay noticias falsas que algunos quieren hacernos creer. Es importante estar bien informadas. La otra manera de sentirnos más en paz y seguras es conocer lo que Dios tiene para decirnos por eso es importante saber lo que dice la Biblia, Palabra de Dios, acerca de los tiempos que nos toca vivir.

Si repasamos un poco para atrás en la historia, veremos cómo diferentes pestes han azotado países: la peste negra, la fiebre amarilla, el ebola, el SARS. Lo importante es saber qué podemos hacer para estar más preparadas cuando se desarrolla una epidemia, porque por lo general muchas personas se enferman y aun miles mueren. Si sabemos cómo se transmiten de una persona a otra, también sabremos cómo cuidarnos. Veamos qué sucedió con algunas de estas enfermedades.

Pensemos en la enfermedad del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo –Severo). Es una de esas enfermedades que se transmiten por el aire, como la tuberculosis, neumonía, influenza, covid-19 y aún el sarampión y el resfrío común se contagian de persona a persona por gotitas en el aire al toser o al hablar con personas que están enfermas. Cuando una persona enferma tose, estornuda, habla, puede esparcir la enfermedad. El virus del SARS o el Síndrome Respiratorio Agudo puede entrar a la nariz, a la garganta o pulmones y comienza a multiplicarse, causando síntomas tales como tos, fiebre, escalofríos, dolores de cabeza y de todo el cuerpo. Este virus también se expande cuando una persona enferma toca una superficie infectada, como las perillas de las puertas, los platos, o los cubiertos. Luego una persona que no está enferma puede tocar esa superficie y contagiarse de los gérmenes que llegan a su boca, nariz u ojos.

Una manera de evitar el contagio es no estando cerca del enfermo. Permanecer lejos de las aglomeraciones de personas, salas de espera muy concurridas, tratar de no viajar en transporte público o usar tapabocas para protegernos de los estornudos, de la tos o si nos hablan muy cerca. Debemos guardar una distancia de metro y medio a dos para que las gotitas de la boca de las personas al hablar o toser no caigan sobre nosotras. Asegúrate de lavar tus manos con jabón y agua muchas veces al día. Evita tocar tus ojos o tu boca para no llevar gérmenes a tu cuerpo. Usa alcohol gel en tus manos cuando sales a la calle y cuando regresas.

Si sospechas que alguien en tu familia o cerca tuyo tiene una seria enfermedad, debes consultar enseguida con tu doctor. Él te dirá lo que debas hacer. Si tienes que cuidar de un familiar con una enfermedad contagiosa, pon al enfermo en un cuarto separado del resto de la familia. Asegúrate lavar siempre tus manos con jabón y agua después de tocar o higienizar al enfermo. Siempre usa guantes y tapabocas si tienes que bañarlo o higienizarlo. Nunca compartas sus toallas, ropa de cama ni utensilios de comer. Durante la enfermedad no tengas contacto estrecho con la persona como darle besos porque es una manera de transmitir enfermedades también. Si es posible permite que entre aire y luz al dormitorio del enfermo. Ventilar el dormitorio y donde pasa su mayor parte del tiempo es muy importante para que no se acumule la contaminación en ese cuarto. Es importante a su vez lavar más seguido, sábanas, toallas y ropas. Algo que debes tener en cuenta es la alimentación: dentro de tus posibilidades cocina sano. Incluye vegetales y frutas en la dieta y algo de carnes magras.

Hemos hablado de enfermedades que se transmiten fácilmente por el aire y las vías respiratorias. Por otro lado queremos mencionar algunas que tienen que ver con el agua. Bien sabemos que el agua es esencial para la vida. ¡Qué importante es tomar mucho líquido cada día para hidratar nuestros cuerpos y para funcionar bien! Pero si el agua que tomamos no es pura, podemos enfermarnos gravemente por causa de ella. Por eso es importante saber cómo es el agua que tomamos cada día y en la cual cocinamos nuestros alimentos. Enfermedades tales como el cólera y la tifoidea son ejemplos de enfermedades que se transmiten por el agua. Cuando las personas comemos alimentos o bebemos agua contaminada eso puede causarnos severas infecciones intestinales con diarrea, fiebre, vómitos y deshidratación. Qué importante es poner atención si el agua que tomamos es pura. Tanto el agua que tomamos o la que usamos para lavar los vegetales y frutas que comemos debe ser agua pura si no quieres enfermar gravemente. Los gérmenes pueden entrar a tu cuerpo y multiplicarse causando la enfermedad y a veces la muerte. Cuando hay una epidemia debido al agua contaminada, no debes tomar agua a menos que la hayas hervido para matar los gérmenes. Tampoco debes comer vegetales crudos si los lavas en agua que no es segura. Actualmente se venden filtros para agua muy fáciles de colocar en el grifo del agua corriente, y así podrás tener agua más segura para todo uso. Si puedes coloca en el grifo o canilla un aparato para filtrar el agua que usas cada día.

Otro grupo de enfermedades que podemos nombrar son las provocadas por el mosquito, pequeño pero muy dañino. Enfermedades transmitidas por un vector: son llevadas de una persona a otra por insectos o animales. La picadura del mosquito infecta a muchas personas con enfermedades como la malaria, la fiebre del dengue, la fiebre amarilla y otros. La mejor manera de prevenir enfermedades transmitidas por el mosquito es evitando que nos piquen: colocando redecillas en las ventanas, usando repelentes para insectos y cubriendo nuestros brazos con mangas largas y pantalones largos. Esto ayuda a protegernos de las picaduras. Al amanecer o al atardecer es el momento en que más pican. Los mosquitos ponen sus larvas en recipientes con agua limpia; las autoridades municipales advierten no dejar nada de agua en los patios o jardines para evitar que se reproduzcan. Sin agua se mueren. Los mosquitos adultos gustan descansar en los arbustos y otras plantas, por tanto mantén cortos los pastos cerca de tu casa.

Hemos hablado solamente de unas pocas epidemias que han causado mucho daño a la humanidad en diferentes momentos de la historia y algunas aún lo hacen. Pudimos aprender que la higiene es un punto clave para mantenernos sanos y no dar lugar a que las enfermedades se expandan. Por eso ¡qué importante es mantener limpios nuestros hogares y sus alrededores! Debemos quitar la basura de nuestros patios, evitar que atraiga roedores y moscas que son transmisores de enfermedades también. Nosotras debemos hacer nuestra parte en cuidarnos y Dios en Su misericordia hará su parte. Así lo promete a través del Salmo 91:

«El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quién confío. Sólo Él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas«.

 

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