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«Toma mi yugo…» (Mateo 11:29)
«¿De qué tememos entonces? ¿Podemos tener demasiado de Dios? ¿Es una desgracia ser libre del pesado yugo del mundo y llevar la carga liviana de Jesucristo?«–François Fénelon
¿Podemos tener demasiado de Dios? ¡Qué pregunta para examinar nuestros corazones hoy! ¿Sería tan malo estar tan cerca, aun pegado a Jesús, que cada movimiento nuestro esté en la pisada con la dirección y el corazón de Dios?
La definición del diccionario para la palabra yugo es “una barra de madera por la cual dos bueyes están unidos en las cabezas o cuellos para trabajar juntos”. ¿Cómo relacionamos este concepto con la frase de Jesús: “Tomad mi yugo”? Pienso que es una figura, una imagen de esperanza, por lo que significa estar unidas, tan cerca de Jesús, que no estamos trabajando solas sino unidas a Él en el ministerio y en la vida.
Mi yugo
Por muchos años siendo una niña estuve buscando la verdad. Buscaba un lugar y personas que fueran salvas. Tenía miedo de ser yo misma y decir que lo que yo creía era la verdad. Esto me condujo a ser más una seguidora con temor que una líder en verdad.
Me puse el yugo de muchas cosas, y permití que esas cosas tomaran control de mis pensamientos, elecciones y futuro. Fui dominada por mi dolor y errores del pasado. Me até a las opiniones de otros. Me puse el yugo de las drogas y las relaciones. En esas cosas encontré mi identidad, salvación, seguridad y dirección para la vida.
Por muchos años, estar unida a personas equivocadas me condujo a sendas destructivas. Hice elecciones que no eran saludables para mi vida física, emocional y espiritual. Mi trabajo, salud, negocios, reputación y novios, fueron los ídolos por los cuales viví cada día.
Una mañana me levanté muy temprano para ir a desayunar con uno de los hombres con quien aún estaba emocional y físicamente atada. Era una relación destructiva y mientras iba a encontrarme con él antes de ir a trabajar, escuché a Dios hablando a mi corazón: «¿Estás dispuesta a reunirte conmigo para un desayuno espiritual antes de ir a trabajar?», me preguntó.
Su yugo
Cuando juntamos nuestras vidas a Jesús, y descansamos en la guía y sabiduría de Su Palabra y plan, vivimos en libertad y verdad (Juan 8:31-32). El yugo de relación que Jesús nos ofrece no es pesado, porque Él hace todo el liderazgo y la guía. Por sobre todo promete acompañarnos al lugar que ha preparado para nosotras (Job 42:2). Desde aquel día que escuché a Dios hablando a mi corazón, trato de hacer mi primer cita del día una en que esté en yugo con Jesús, aprendiendo de Su Palabra, descansando en Su poder y comprometida a seguir Su liderazgo.
Tu yugo
¿A qué estás unida hoy? ¿Es algo que está conduciendo tu vida en una dirección lejos de Jesús? Decide a quién servirás y toma el yugo de Cristo sobre ti. Abre tu corazón y permite que esté unido solo a Cristo. Imagínate tú y tu Señor trabajando y descansando juntos. Dios está allí para ti, así que toma un paso de fe y queda libre del yugo que te ata a este mundo y te aleja de Él. Toma Su yugo, aprende de Él y encuentra Su descanso (Mateo 11:28-30, Rom. 10:9).
«El arte de descansar es acerca de aprender cómo descansar con Jesús, no de Jesús» – Adam Mabry en «El Arte de Descansar»