Cómo administrar mejor el dinero

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¿Te preocupas a menudo por el dinero? ¿Te gustaría tener alguna ayuda para manejar mejor las cuentas en tu casa? Creo que a la mayoría de nosotras nos hace falta tener una orientación sobre cómo invertir lo poco o lo mucho que tenemos. Ya sea si hablamos de dinero, de nuestro tiempo o de nuestra vida en general. Hay personas que progresan mucho más rápido que otras. Observas que algún vecino del barrio en poco tiempo ha logrado arreglar su casa, pintarla de nuevo, colocar rejas y un foco de luz para que esté iluminada por las noches, y quizás te preguntas: ¿Cómo hace mi vecino para progresar? Su dinero es igual a la cantidad que tienes tú pero sus prioridades son diferentes a las tuyas. Ha aprendido que cuando le queda algo, aunque pequeño, lo ahorra. Y así poco a poco con esmero va formando un pequeño capital para comprar los elementos necesarios para mejorar su hogar. Es cierto que se precisa disciplina, esfuerzo y buena voluntad para ir guardando peso por peso para lograr algo.

Mi amiga Laura es muy habilidosa: ella supo invertir haciendo un pequeño préstamo con el cual compró algunos pollos que al tiempo le produjeron huevos, y como no los usa todos, los vende a sus amigas y gana algo de dinero. Laura es muy disciplinada con su dinero, lo que gana lo ahorra y estoy segura de que al pasar los meses podrá devolver el pequeño préstamo que hizo y quedará libre de deuda. Seguramente en el futuro próximo se arriesgará a un préstamo mayor y podrá lograr alguna inversión mejor. Tres amigos durante su adolescencia compraron bicicletas y armaron una pequeña empresa para distribuir revistas y diarios a domicilio. A su pequeño emprendimiento le llamaron “Los tres mosqueteros”. Lograron trabajar por un tiempo ganando algún dinero, y algo importante es que estuvieron ocupados haciendo algo útil con su tiempo y se sentían bien teniendo su propio dinero.

Es necesario planificar aunque sea de manera sencilla al principio, para no comenzar un emprendimiento que nos pueda complicar la vida. Primero sentarnos para pensar, planificar y hacer un proyecto para no frustrarnos. Algo útil será hablarlo con la familia para que nos ayude con ideas y sugerencias. Un presupuesto nos ayudará; es decir tener un plan de dineros que se obtendrán en la semana y se gastarán para diferentes necesidades. No será fácil al principio porque no sabrás cuánto dinero ganarás por semana, tampoco cuánto podrás gastar. Algo que ayuda a planificar y cuidar el dinero es hacer una lista de cosas a pagar o comprar por orden de prioridades. Cada semana o mes debes poner aparte el dinero para las necesidades básicas y que no debes dejar de pagar. Por ejemplo, la comida, el alquiler, el agua y la corriente eléctrica, son cosas imprescindibles; no pueden faltar.

Algo que te hará sentir mejor es saber que estuviste usando sabiamente tu dinero. Cuando mires a tu alrededor descubrirás que hay muchas personas que están peor que tú, no importa cuán pobres seamos. Cuando nuestra actitud es una de mejorar las cosas en vez de sentirnos como que no tenemos esperanza, entonces podremos ayudar a aquellos que están peor que nosotros; eso hará que nos sintamos mejor y resultará de ayuda para unos y otros. Cuando damos y compartimos con otros nos hace sentir bien. Recuerdo unas palabras que dijo Jesús en una ocasión: «Mirad y guardaos de toda avaricia; porque la vida del ser humano NO consiste en la abundancia de los bienes que posee» (Lucas 12:15). Como puedes escuchar, Jesús habló acerca de la avaricia. Avaricia significa tener un deseo consumidor de tener más. Viene a ser todo lo contrario al contentamiento (1ª. Timoteo 6:6). La persona pobre puede ser una persona avara, como así el más rico puede no serlo. El peligro está en querer tener más de manera obsesiva y egoísta sin compartir con los demás.

Jesús lo ilustró muy bien contando la siguiente historia: «El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha. Así que se puso a pensar: «¿Qué voy a hacer? No tengo donde almacenar mi cosecha». Entonces pensó: «Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda guardar todo mi grano y mis bienes. Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida». Pero Dios le dijo: «¡NECIO! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?». Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios» (Lucas 12: 16-21).

La riqueza si la sabes administrar, te dará más riqueza. A este hombre de la historia le sucedió eso; se le multiplicaron las riquezas y ya no sabía dónde guardar lo mucho que tenía. Jesús no dijo que estuviera mal tener riquezas y tampoco habla en contra de la manera que las obtuvo. Se supone que este hombre las logró trabajando mucho. Lo que resalta Jesús en la historia es lo que este hombre hizo con lo que logró en su vida. Se dijo a sí mismo: «Tienes mucho para muchos años» y entonces Dios lo llamó: “¡NECIO!”. ¿Por qué? Porque se creyó seguro con los bienes que logró ganar. Creyó tenerlo todo con tantos bienes materiales. Pensó que con todo eso tenía seguridad y felicidad y por muchos años. No tuvo en cuenta que no era dueño de su vida. Entonces la pregunta: «Necio, esta noche vienen a pedir tu alma y lo que has acumulado, ¿ de quién será?» (Lucas 12:20).

Es interesante notar que este hombre como muchos, creía tener el control de su vida y que la abundancia de los bienes materiales le daba el poder de creer así. Pero con las palabras: “Esta noche vienen a pedir tu alma”, todo se le desmoronó. No había tomado en cuenta que no era dueño de su vida. Aprendió que Dios es el dueño de la vida y que nos permite usarla por un tiempo. Luego tenemos que devolverla. Nada se podría llevar de este mundo. ¿Y lo que has ganado, de quién será? La muerte nos despoja de todo y como le pasó a este hombre rico, nos muestra que todo lo que ganamos aun con esfuerzo, es pasajero. La vida pasa pronto y de tan ocupados que estamos no advertimos que no hemos hecho tesoros en los cielos para con Dios. Es importante trabajar y ganar dinero. La Biblia dice: “El que no trabaja tampoco coma”. pero recordemos lo que dijo Jesús: “La vida del ser humano no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. Además de trabajar y ganar riquezas terrenales, no olvides ser rico para con Dios.

Hablando del trabajo, del dinero y de todos los bienes materiales que necesitamos, Jesús dijo: «No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa… Más bien busquen primero el reino de Dios y Su justicia y todo lo demás les será dado por añadidura» (Mateo 6). Deseamos que puedas aprender a hacer tu propio presupuesto y manejar tus dineros con mucho cuidado para poder llegar a fin de mes sin dejar de pagar tus cuentas. Pon toda tu confianza en Dios quien tiene cuidado de ti y no te dejará faltar.

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