El testimonio de Noemí

¿Cómo ayudar a una amiga que sufre?
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En el articulo «¿Cómo ayudar a una amiga que sufre?» nos habíamos preguntado si alguna vez te has sentido como que la vida es injusta contigo. Has estado trabajando pero debido a los malos tiempos que enfrentamos has perdido tu trabajo y ahora eres una desocupada y no ganas tu sueldo, no tienes dinero para cubrir tu presupuesto familiar. Podría ser que no tienes para comer y estás viviendo con una sola comida diaria, con apenas un poco de arroz blanco para ti y tu familia. ¿Te sientes inútil y sin esperanza? ¿Qué podrías hacer o qué deberías hacer frente a esta situación?

Queremos compartir contigo acerca de una mujer cuya historia de vida está relatada en la Biblia. Me refiero a Noemí una mujer que pasó por circunstancias en que nada bueno le estaba sucediendo. Todo estaba en su contra, ya verás. En la Biblia hay un libro que se llama Ruth y allí se narra una impresionante historia verídica acerca de una mujer de nombre Noemí que conmueve nuestras vidas cada vez que la leemos. Podría ser la historia de cualquiera de nosotras en estos días en que vivimos. Allí se nos dice que había hambre en la tierra donde vivía esa mujer de nombre Noemí junto a su familia. Por tanto esta familia decidió irse al extranjero para buscar una mejor vida. Decidieron que vivirían bien y tendrían comida en un país de nombre Moab, por tanto Noemí, su esposo y dos hijos, juntaron sus cosas más necesarias y emprendieron su camino a Moab. Partieron con sus corazones llenos de esperanza e ilusión que en ese país extranjero encontrarían una mejor vida para los cuatro, en especial pensando en los hijos.

Triste es decirlo que al tiempo el esposo de Noemí falleció (seguramente algún virus), y ella quedó sola con sus dos hijos. Los hijos crecieron y se casaron con dos mujeres de ese país. Una de ellas se llamaba Orfha y la otra Ruth. Si se tratara de un cuento de hadas podríamos decir que vivieron felices por siempre, pero no era un cuento de hadas. ¡Ya verás! ¡Los dos hijos también murieron! ¿Puedes imaginar cómo se habrá sentido Noemí? Se habrá preguntado: “¿Por qué me suceden estas cosas malas? ¿Por qué a mí? Tuvo que soportar una pena tras otra.

Las nueras al menos eran jóvenes y podrían rehacer sus vidas nuevamente, pero Noemí se estaba poniendo anciana y no tenía a nadie que la cuidara y proveyera para ella. Nada quedaba en su pobre vida; sin familia, sin hogar, sin riquezas ni posición en la sociedad. Se habrá sentido muy sola y muy vacía. ¿Cuál era la razón para vivir? Tanta era su tristeza y su dolor que en un momento dijo: “Ya no me llamen Noemí (que significa placentera), llámenme Mara (Que significa amargura) porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura.” Ruth 1

Qué historia, ¿verdad? ¿Cómo te sentirías si estuvieras en su lugar? O quizás lo estás. Cuando te enfrentas con problemas y dificultades, ¿ves la mano de Dios en tu situación? ¿Piensas que hay una mano que te empuja porque Dios no se agrada de ti? ¿O es una mano que a propósito te muestra Su plan hecho a Su manera de acuerdo a sus tiempos para ti? En la Biblia (Romanos 8:28) leemos que “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman.” Te preguntarás: ¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo puede ser para bien cuando tu ser querido ha fallecido? ¿Cómo puede ser para bien cuando pierdes el trabajo? ¿Cuándo estás muy enferma, cómo puede ser para bien? Sin embargo la Palabra de Dios dice que en todas las cosas… todos nuestros problemas, todo nuestro dolor… Dios está obrando para bien, si lo amamos.

Debe haber sido difícil para Noemí ver más allá de su miseria. Pero lo que podemos aprender de ella es que continuó amando a Dios. Noemí tenía todo el derecho de quejarse y protestar por todos los desastres en su vida. Podría haberse consumido de lástima por sí misma. Podría haber manipulado a sus nueras que permanezcan con ella porque era una anciana y necesitaba ayuda; pero no lo hizo. Veamos qué pasó según lo relata la Biblia. En vez de retener a sus nueras, ella permitió que se fueran. Las animó para que volvieran con sus familias. Noemí no quiso ser una carga para ellas. Estaba más interesada en la felicidad de las jóvenes y de sus futuros. Además las bendijo diciéndoles: “Que el Señor les conceda hallar seguridad en un nuevo hogar, al lado de un nuevo esposo.”

Qué maravilloso y dulce espíritu tenía Noemí. Ella mostró a esas jóvenes cómo actúa un seguidor del verdadero Dios. Orfa decidió volver a su pueblo y a su gente; pero Ruth, la otra nuera no quiso dejarla: “¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! Porque iré donde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.” Ruth no creía en el verdadero Dios, pero de algún modo demostró que quería que el DIOS de Noemí fuera su Dios. Seguramente Noemí les habrá hablado de su Dios, el Creador del mundo y la manera que Él había ayudado a su pueblo y las buenas leyes que Dios les había dado. Creo que Ruth pudo ver la diferencia en la vida de Noemí por ser seguidora del verdadero Dios. Cuando Noemí vio lo decidida que estaba Ruth en seguirla ya no le insistió más para que volviera a su gente. Así entonces, juntas comenzaron la caminata de regreso al país de Noemí.

Si continuamos leyendo el libro de Ruth, descubrimos que esta joven se casó con un pariente de Noemí y tuvieron un hijo al que llamaron Obed y que llegó a ser abuelo del Rey David y un antepasado de Jesús nuestro Señor. Me pregunto, cuando Noemí estaba experimentando dificultades y quebrantos en su vida, sabía ella que sería parte del Gran Plan de la Salvación de Dios para el Mundo? Ella podría haber sido derribada por las terribles cargas de la vida, pero siguió adelante y Dios obró todas las cosas para bien en su vida. Dios usó a una mujer que nada tenía y la hizo una bendición. Maravillosa la historia de Noemí. Es un ejemplo para nuestras vidas. En medio de las duras pruebas siguió confiando y esperando en Dios.

¿Qué acerca de ti mi amiga? ¿Estás pensando que nada tienes en la vida excepto penas? ¿Estás abrumada por los problemas que estás enfrentando? No te desesperes, levanta tus ojos a Dios y permítele ser parte de tu vida. Como Noemí, en medio de la desesperación no dejes de creer en Dios. Él promete que nunca nos dejará y que todo lo que nos suceda, Dios lo torna para bien a todos aquellos que lo aman de verdad.

Querida amiga, después de todo suceso devastador en nuestras vidas las cosas quedan fuera de lugar, revueltas, rotas, dispersas. A veces todo parece un caos y no sabes qué hacer. Es momento de hacer un análisis a tu vida y ver por qué llegaste a eso y poco a poco comenzar a ordenar las cosas, los pensamientos, dejar a un lado lo que no sirve y con la ayuda de Dios y de algún ser querido que te aprecia hablar sobre la situación y buscar un consejo. Toma tiempo para descansar. Lee la Biblia, historias como la de Noemí y permite que te inspiren para abrirte un nuevo camino. Además encontrarás grandes promesas en ella que te darán aliento para seguir adelante. Busca a Dios en oración y no pierdas la esperanza que algo nuevo sucederá en tu vida. Debes saber que Jesucristo es el mejor amigo que puedes tener. Cuéntale tus cosas y espera en Él para que te oriente en la vida. Busca el apoyo de otras personas de fe, de seguro serán de ayuda. Oramos a Dios que te fortalezca y te guíe por el camino correcto.

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