Tu tiempo devocional diario

Oramos por Nepal…
23 agosto 2022
Oramos por las madres filipinas…
24 agosto 2022

La Biblia nos enseña que Dios creó al ser humano del polvo de la tierra, formó su cuerpo y luego sopló en él aliento de vida. Esto nos demuestra que los seres humanos estamos formados por cuerpo, mente, alma y espíritu. Que para sentirnos bien debemos atender cada una de esas áreas de nuestra vida.

Para tener buena salud física y sentirnos fuertes necesitamos practicar hábitos correctos, alimentación sana, descanso suficiente cada día y momentos de recreación y movimientos para que el cuerpo se sienta ágil. Seguramente tú y yo lo anhelamos pero no siempre lo logramos. ¿Pero queremos igualmente ser mujeres espirituales, de alma y mente sanas? ¿Es necesario que nos ocupemos de esas áreas de nuestras vidas también? Así como nos ocupamos de alimentar nuestro cuerpo para vernos bonitas, hacer movimientos, caminatas y ejercicios para sentir las articulaciones elásticas y sin dolor, del mismo modo nuestra vida espiritual tiene que ser atendida; cultivada cada día.

¿Con qué podemos alimentar nuestra mente y nuestra alma para tener nuestra autoestima en alto? Tener vida espiritual sana significa estar en buena comunión con Dios porque Él es nuestro Creador y sabe cada cosa que necesitamos para ser mujeres fuertes. ¿Qué hábitos buenos necesitamos practicar para ver crecer nuestra salud espiritual?

Para tener vida espiritual y buena comunión con Dios es necesario crecer día a día en nuestro ser interior. Para lograrlo necesitamos cultivar ciertos hábitos que despierten interés en lo espiritual y sean así de ayuda para nosotras. Uno de ellos es: leer la Biblia día a día.

La Biblia nos cuenta de un joven llamado Timoteo que fue estimulado por su abuela y su madre para leer la Biblia cada día. El Apóstol Pablo dijo:

“Traigo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice y estoy seguro que en ti también.»
2 Timoteo 1:5

Timoteo llegó a ser un joven íntegro y muy útil en sus días. Aprendió que las Sagradas Escrituras podían hacerle sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús y por tanto no dejó de estudiar la Palabra de Dios cada día.

Nuestra vida se robustece espiritualmente si oramos cada día. Jesús enseñó a sus discípulos a pedir el pan nuestro de cada día y depender de Él para nuestras necesidades físicas. Pero también la Biblia nos enseña que el Señor espera nuestra adoración.

Debemos reconocerle como leemos en Apocalipsis 4:11:

“Tú eres digno Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder…”

Debemos buscarle porque Él nos ama inmensamente y nos busca cada día para tener compañerismo con nosotras y demostrarnos su gran amor. El Apóstol Pablo decía:

“Lo que quiero es conocer a Cristo cada día más y tener el poder de su resurrección y la esperanza de la Vida Eterna con Él.”
Filipenses 3:10

Cuanto más estamos con Jesús, más nos parecemos a Él.

En estos tiempos tan difíciles y estresantes en que vivimos, donde todo es tan acelerado; mal dormidos, mal comidos, cansados y ocupados en demasía…, sólo la gracia de Dios puede revestir nuestro carácter de paciencia, amor y fe para ayudarnos a limar asperezas, tolerarnos tanto en el hogar como en el ambiente de trabajo y con nuestros vecinos, donde sea que nos toque actuar.

Cuando Dios llena nuestra vida con Su Santo Espíritu, nuestras relaciones interpersonales mejoran muchísimo. Porque como dice en Gálatas 2:20 “Vivo, no ya yo más vive Cristo en mí.” Debes coincidir conmigo que vivir en este momento en nuestro mundo, es muy complicado. Necesitamos cada día reunirnos espiritualmente con Dios para llenarnos de su fuerza y Su presencia, y decir con el salmista: “Hazme saber Señor el camino por el cual debo andar.” Quizás alguna vez cantaste esa canción y la hiciste parte de tu oración: “Muéstrame Señor tus caminos, enséñame tus sendas andar, porque estoy cansada de los míos y no quiero más errar.”

Querida amiga, evita tomar decisiones equivocadas. Las mujeres pagamos muy caro el hecho de tomar el camino equivocado., y no sólo nosotras sino cuántas veces sufren también nuestros pequeños hijos. Seamos cuidadosas y muy prudentes. La Biblia dice que “Si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad Él nos oye.» Busca de corazón a Dios cada día en tu tiempo devocional privado; cuéntale los anhelos de tu corazón; Él es bueno y lleno de amor y quiere ayudarnos para que vivamos en paz.

El salmista se preguntaba: ¿De dónde vendrá mi socorro? (Salmo 121)

Te has preguntado alguna vez, ¿Qué hago ahora? ¿Has estado en momentos desesperantes alguna vez? Quiero decirte que a muchas nos ha tocado vivir momentos muy difíciles. Cuando Jesús murió en la Cruz por nuestros pecados, abrió un camino directo al Cielo, a la presencia de Dios nuestro Creador para que pudiéramos llegar a Él con nuestros ruegos buscando socorro.

Cuando vienen los problemas a nuestras vidas nos damos cuenta cuán limitadas somos. Es el momento cuando en nuestra insuficiencia elevamos nuestros ojos al cielo y decimos con el salmista: “Mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra.” No dejemos de buscar a Dios porque Él quiere auxiliarnos y sacarnos del pozo en el cual nos encontramos atrapadas.

Si no puedes dedicar un tiempo a la lectura de la Biblia y a la oración por ti misma, busca una buena amiga con la cual puedas leer, orar y buscar al Señor de manera presencial o por teléfono hasta que te fortalezcas espiritualmente y luego estés pronta a hacerlo por ti misma.

Si aprendes a cultivar tu vida espiritual, te sentirás fortalecida y de ayuda para otras personas. Si tienes comunión con el Señor tu existir será productivo. Jesús dijo a sus discípulos que fueran y llevaran mucho fruto. Las mujeres seguidoras de Jesús debemos caracterizarnos por una vida de darnos a los demás. Dios quiere mostrarse al mundo a través de nosotras. Su obra se lleva a cabo a medida que sometemos nuestra voluntad a la suya a través del conocimiento de Su Palabra la Biblia, la meditación y la oración.

Jesús es nuestro ejemplo máximo de comunión con el Padre Celestial. Los evangelios nos dicen que Jesús conocía las Escrituras Sagradas de memoria y se levantaba muy temprano para ir a solas a orar y meditar en algún solitario y tranquilo lugar.

Si queremos ser mujeres fuertes en nuestra vida interior, debemos imitar las costumbres de nuestro Maestro Divino. Debemos apartar cada día un tiempo para nuestro devocional diario para leer nuestra Biblia, orar con entrega al Señor buscando Su Divina voluntad y meditar sobre todo lo aprendido y leído.

Busquemos como Jesús un lugar y un horario tranquilos en nuestra casa. Un momento en que no estemos demasiado cansadas para leer, meditar y orar. Y si puedes, canta alguna hermosa canción de adoración y entrega al Señor.

Si te propones realizar tu tiempo Devocional Diario podrás disfrutar:

De una correcta adoración a Dios. Contemplarás su gran poder y grandeza

Conocerás Su Voluntad para decisiones que debas tomar

Podrás presentarle tus necesidades sabiendo que Él conoce qué es mejor para ti.

Llegarás a ser una mujer espiritual que ayudarás a otras que también lo sean.

Para aquellas que quizás no posean una Biblia, las animamos que escuchen los programas y disfruten de sus enseñanzas. Si tienes internet, allí podrás leer la Biblia y si deseas visita el sitio de mujeresdeesperanza.org.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *