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Las mujeres solemos usar las expresiones ¡qué maravilla! O ¡qué maravilloso! Cuando realmente disfrutamos de algo. Por ejemplo no hay nada mejor como admirar las maravillas de la naturaleza, ¡esto es así porque Dios es el creador de todos nosotros y de la naturaleza! Pero, hoy día la mayoría de las mujeres viven tan ocupadas y a su vez eso las lleva al cansancio y al desinterés por alguna actividad extra que desgraciadamente olvidan disfrutar de las cosas pequeñas de la vida. Casi sin darse cuenta el estés y el desgaste les lleva a una rutina hueca y vacía y sin sentido. Puede ser que en este momento esa sea tu experiencia de vida.

Puede ser que me digas; bueno me gustaría que esto fuera diferente que pudiera tener un poco más de satisfacción y alegría; aunque sea aprender a reírme y disfrutar de pequeños momentos agradables; sin embargo noto que los músculos de mi cara están como almidonados y endurecidos de tanta preocupación por todo.

Cuando hacemos las mismas cosas día por día la vida se vuelve aburrida, y puedes perder el gozo de vivir. Por eso queremos compartir algo para ayudarte a cambiar la situación o mejorarla en algo. Puede ser el tiempo de parar unos momentos en tu vida ocupada y encontrar algo por lo cual maravillarte. Empieza por cosas pequeñas.

Disfrutar de las cosas buenas que la vida ofrece es parte del plan de Dios para sus hijos incluyéndote a ti. Y para poder disfrutar de algo o de un tiempo es necesario dejar de lado otras cosas. Son decisiones que debemos tomar nosotros mismas.
Una señora contaba: «llegue del trabajo sumamente cansada porque debí solucionar varías cosas difíciles en el día. Mientras caminaba a mi hogar en mi cabeza daban vueltas las mil cosas que debía hacer al llegar. Al abrir la puerta mis tres hijos corrieron hacia mi gritando «¡mamá vamos a jugar!» Por un momento pensé en decir que tenía mucho que hacer lo cual era cierto. Pero algo sucedió en mi mente: decidí dejar todo y unirme a ellos en un juego de mesa. Sabes una cosa: ¡Que bien me sentí, disfruté como hacía tiempo no lo hacía!»

Otro consejo es el de no afanarnos en demasía. Es cierto que debemos ser responsables, es correcto ocuparnos en nuestros deberes y hacer todo de la mejor manera. Lo que no es saludable es afanarnos. La Biblia ya lo aconseja desde hace mucho tiempo “Por nada estés afanosa…” Sin embargo la mujer que tiene una familia para atender y además trabaja fuera de casa está expuesta a afanarse por las múltiples actividades.
Lo que debes hacer es ordenar tus responsabilidades por orden de prioridad. Es decir lo más importante en primer lugar y así sigues con la lista. Seguramente en esa lista habrá cosas que no importa si no logras hacer hoy. Podrán ser hechas otro día o por otra persona o quizás nunca y la vida continuará de todos modos.
“Basta a cada día su propio afán…” Es importante que cada día al levantarte ores a Dios y le pidas su ayuda para tener la actitud correcta frente al trabajo y a tu tiempo libre. Ambos son importantes para un equilibrio saludable en tu diario vivir.

Recuerdo a una amiga que siempre ora al empezar el día con estas palabras: «Señor ayúdame a organizarme porque es tanto lo que debo hacer hoy». No hay nada mejor que saber que Dios te está indicando dónde y de que manera hay que invertir el tiempo y las energías. Para poder disfrutar de la vida y tener tiempo para hacer las cosas que te dan placer quiero decirte lo siguiente. Es que debes esforzarte para ser sumamente organizada. Es justamente el desorden uno de los causantes de los problemas mayores que producen estrés en la vida personal y familiar. El hecho de no saber dónde están las cosas puede producir muy mal humor en ti o en tu esposo e hijos. Vale la pena tomar un tiempo para poner cada cosa en su lugar y tener un lugar para cada cosa así todos saben dónde ir a buscar.

No esperes el día y el momento para disfrutar y ser feliz. Aprende a valorar esas cosas pequeñas de todos los días, como jugar con tus niños, leer un cuento, poner flores en un florero sobre la mesa, observar un pájaro cantando en una rama.
Quiero compartirte unas palabras de la escritora Bárbara Johnson a propósito de lo que venimos diciendo. Ella escribió así: «La risa es nutrición para tu alma, un torniquete que detiene el sangrado de un corazón destrozado, un tónico alentador para el desanimado. Necesitamos reír y asombrarnos para nuestro bienestar físico, emocional y espiritual».

Si la vida a comenzado a ser sin sentido y aburrida para ti, puede ser el tiempo de parar por un momento en ese terrible trajín que llevas y encontrar algo con qué maravillarte. Haz un ejercicio practico; comienza hoy con una sola cosa que sabes puede alegrar y cambiar tu rutina, una flor, un abrazo, una lectura, lo que sea pero hazlo. A medida que pasen los días enseña a tu mente a descubrir cosas nuevas y distintas.
La Biblia nos dice así “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo amable… si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza en eso piensa”.
Amiga sorpréndete a ti misma asombrándote de las bondades y hermosuras de Dios.

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