El mejor regalo
8 noviembre 2024El llamado de Dios
8 noviembre 2024Mientras se desarrollaba el grupo de oyentes y oración en una de las pocas iglesias evangélicas en Yopougon, Costa de Marfil, Mariam, irrumpió en un canto y una danza a quién se le unió todo el grupo de mujeres. La canción declara: “Yo tengo un Dios muy grande.”
Mariam es una migrante de una de las áreas fuera de Abidjan. Viniendo de un pobre y roto hogar, Su madre quería que su hija tuviera una mejor vida que incluyera la educación. Mariam compartió:
“Mi tía me sacó del hogar de mis padres a una temprana edad y me prometió llevarme a la escuela, pero después de unos pocos años me hizo dejar. Me destrató y abusó de mi sexualmente, pero nadie me escuchó cuando me quejaba y compartía mi dolor y pena. A veces no me daban alimentos ni aún ropas. Me decía a mi misma que si un día tuviera un hijo lo trataría bien. Escapé y llegué a ser empleada doméstica, pero mi vida era muy amarga y triste.
Luego conocí a un hombre de quién pensé que me amaba y quedé embarazada. El hombre desapareció, pero yo resolví criar a mi hijo. En ese tiempo yo no conocía a Dios. Quería que mi hijo tuviera una niñez diferente a la mía. Pensé que mimando mucho a mi hijo le estaría demostrando amor, y le di todo lo que me pedía y nunca más le levanté la voz.
Un día conocí a la esposa de un pastor quién me invitó a su reunión de mujeres. Allí ellas escuchaban el programa de radio de Mujeres de Esperanza, hablando acerca de asuntos de mujeres y hablando de un Jesús que las amaba. Yo quería experimentar aquel amor y pronto recibí la salvación de Jesús y llegué a ser una asistente regular de ese grupo.
Mientras escuchaba un programa de Mujeres de Esperanza sobre la paternidad, fui impactada al aprender que estaba haciendo todo mal. Después de orar por el perdón de Dios, le pedí me guiara a criar a este hijo y le mostrara el verdadero amor. Yo oro que mi hijo crezca para ser un siervo de Dios y un buen ciudadano. Yo sé que tengo un Dios grande que me ama y oye mis oraciones. Yo se que el hombre hace planes, pero Dios dirige los pasos.
Sphiwe Nxumalo Ngwenya / Coordinadora Regional de África