«El amor con la camisa arremangada»

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Jesús llevó una vida sencilla entre personas sencillas. Vivió donde vivían…
Pescadores, recaudadores de impuestos, Pastores, vendedores ambulantes…
Y los amó a todos, y a cada uno. Amó a los desechados de la Sociedad…
Leprosos, lunáticos, samaritanos
Y personas sorprendidas en adulterio.

Se preocupaba por lo que se preocupaba la gente común…
El bienestar de los niños,
El pago de impuestos y el pan cotidiano,
Amaba a los niños y a las multitudes,
Gustaba de los festejos y de la soledad,
Hacía milagros y comía con viejos amigos.
Fue un hombre que se arremangaba la camisa,
Y nos llama a que lo imitemos.
A que no seamos seudo-intelectuales
Que teorizan sobre la necesidad humana,
Ni corazones que sangran atrapados en el sentimentalismo,
Sin personas auténticas
Que resuelven los conflictos humanos,
Que alientan a los que tienen
Un pobre concepto de sí mismo,
Que aman a los desahuciados,
Que lavan los pies a los desamorados;
Aunque no haya nadie que pueda observarlas,

Jesús fue un hombre que se arremangaba la camisa.

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