Celebrando una Navidad diferente

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La mayoría de las celebraciones de la navidad incluyen por lo menos dos dimensiones distintas. Primero; la reunión de la familia y de los amigos para una buena comida y el intercambio de regalos. Segundo: la reunión de los cristianos para un tiempo de adoración donde se cantan hermosos villancicos y se medita sobre el profundo significado de la navidad. El primero es exclusivo, porque se limita a los amigos, la familia e invitados especiales. El segundo es inclusivo, porque es abierto a todos los que se regocijan en el nacimiento de nuestro Salvador.

El primero, puede llegar a ser bien caro y se limita a aquellos que tienen con qué comprar para participar con otros, el segundo es sin cargo alguno.
Así que si se pusiera más énfasis en la adoración y menos en la fiesta y los regalos, la navidad podría significar menos penosa para los pobres, los solos y los que están rodeados de circunstancias dolorosas.

La manera tradicional de celebrar la navidad deja a muchas personas afuera. Si eres pobre o un desempleado no podrás darle a tus hijos la clase de regalos que recibirán otros niños y esto puede ser muy difícil de soportar.
Si eres una persona que está sola, las reuniones de otros con sus familias y amigos quizás hagan notar más tu soledad.
Y si estás pasando por la pérdida de un ser querido la felicidad que otros experimentan en navidad, sólo, quizás, profundicen tu dolor.

Entonces deberíamos considerar el hecho de la necesidad de ayudar a otros durante este tiempo; hay muchos que verdaderamente quieren hacer algo por los pobres durante las fiestas navideñas, al celebrar el nacimiento de Jesús que nació tan pobremente a una humilde madre en un simple establo donde comían los animales.

La verdadera navidad no son los regalos, ni comer de más, ni las luces de colores. Ya que la navidad se relaciona con un bebé acostado en un humilde pesebre con su madre, una excelente manera de celebrarlo es ayudando a los pobres, necesitados y solos.

Jesús mismo se identifica a sí mismo con los pobres.
En una ocasión se expresó así: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.
También el Señor ha dicho: “Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”.

Hay muchas maneras de ayudar a los pobres en tiempos navideños.
Visitando hogares de niños y de ancianos, llevándoles algo rico para compartir, cantarles villancicos o simplemente estar al lado de los niños o abuelos.
Visitar los hospitales e ir junto a las camas dónde los enfermos no tienen acompañantes y hablar con ellos ofreciéndoles si necesitan algo.
Visitar amigos que sabemos que están solos, o tienen su familia lejos o en el exterior.

En otras palabras, darle a aquellos a quien Jesús vino a servir-a los pobres, a los presos, a los sin hogar, los hambrientos y oprimidos.
¿Qué otra manera mejor tendremos de honrarle que darnos a nosotras mismas por ellos?

¿Qué te parece amiga, si en lugar de tener una lista de deseos de navidad, tienes una lista de oración de navidad con los nombres de muchos que son pobres, necesitados, solos o enfermos y les haces saber que vas a orar por ellos en estos días especiales? O una lista de nombres de personas que te gustaría compartirles el mensaje de amor y Salvación de nuestro Señor Jesucristo.
Puede ser que no recibas lindos regalos de ellos pero sí las muchas gracias y sonrisas de aprecio.

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