Construyendo un fundamento de esperanza

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El anciano marinero miró a los cielos y vio acercarse la oscura tormenta mientras que el mar se volvía tempestuoso y picado. El viejo lobo de mar, tranquilamente bajó la pesada cadena del ancla, eslabón por eslabón, golpeando las escotillas se metió en la cama y durmió. Él sabía que la tormenta sería muy fuerte, pero tenía fe en la firmeza del ancla. Él sabía que su barco estaría allí a la mañana.

Como el marinero, tenemos un “ancla” que nos ayuda a estar firmes a través de las tormentas de la vida. Se llama esperanza.
En términos bíblicos, la esperanza está estrechamente unida a la fe.
El escritor de los Hebreos nos dice que la fe “es la certeza de lo que se espera” (Hebreos 11:1). La esperanza, por esta razón, es el objeto sobre el cual dirigimos nuestro enfoque y energías.

Para los cristianos, la esperanza es el conocimiento que seremos cambiados para lo mejor mientras confiemos en las promesas de Dios. Es la convicción que, no importando las circunstancias, los planes de Dios para nuestras vidas son “para bien y no para mal, para darte un futuro y una esperanza”.

La Biblia está llena de ejemplos, de hombres y mujeres que esperaron en las promesas de Dios. El patriarca Abraham es tenido por los creyentes como un ejemplo de esperanza.
Cuando tenía 75 años, Dios prometió bendecirlo y darle muchos descendientes, tantos como las estrellas del cielo.
Abraham escuchó estas palabras y creyó a Dios.
Pero a pesar de que creyó, él tuvo que esperar 25 años para ver el cumplimiento de su esperanza.
Mientras tanto, Abraham confiaba en Dios, el Autor de su esperanza, antes de ver cumplida su promesa.
La esperanza de Abraham no estaba en su propia capacidad de ser padre de un hijo. Sino que tenía sus raíces en un Dios digno de toda confianza, que no cambia sus eternas promesas.

El escritor de los Hebreos en la Biblia explica que Dios quiere que tomemos ánimo de Su carácter y esperanza en Él. (Hebreos 6:16-18) Dice así: “Los seres humanos juran por alguien superior a ellos mismos, y el juramento al confirmar lo que se había dicho, pone final a toda discusión.
Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su propósito es inmutable la confirmó con un juramento. Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, tengamos un estímulo poderoso y nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros”.

En efecto, la Biblia describe esta esperanza …como un ancla del alma, una esperanza segura y firme. Hebreos 6:19.
¿Qué puede causar que nuestra esperanza se debilite?
A menudo esperamos cosas erróneas.
Es muy fácil poner nuestra esperanza en este mundo material, en lo que vemos, tocamos o sentimos. De algún modo, estas cosas son controlables para nosotras.
Pero Dios dice que Su Reino no es de este mundo.
De hecho, las cosas de este mundo no nos proveen un fundamento firme.
Solamente cuando miramos el verdadero y firme fundamento que es Cristo Jesús encontramos una esperanza que puede anclar nuestras almas con seguridad.
Todo empieza con nuestra relación con Dios.
La Biblia llama a la experiencia de creer en Cristo y recibirlo en nuestra vida “Nuevo Nacimiento”.
Y desde ese primer paso de creer en Cristo y recibirlo como Salvador y Señor de nuestras vidas se espera que crezcamos en la fe y el conocimiento de Dios y su voluntad para nuestra vida.
Toda persona debería “Nacer de Nuevo” espiritualmente hablando.
Si no has nacido de nuevo tu esperanza está simplemente perdida. Si te sientes sin esperanza, considera dónde está fundada. Si no está Jesús, acércate a Él ahora mismo para encontrar una esperanza inigualable.
Jesús la ofrece libremente para todo quien quiera creer en Él, reconociendo su pecado y el sacrificio hecho por Cristo en la Cruz para darnos Vida Eterna.

Sin embargo, aún conociendo a Jesús como Salvador, puede ser que pierdas la esperanza. En Proverbios 13:12 la Biblia dice: “La esperanza que se demora es tormento del corazón, pero árbol de vida es el deseo cumplido”.
Cuando lo que esperamos no se cumple pronto podemos llegar a caer en un profundo sentido de desesperación.

¿Cómo vivió Abraham todo esto? ¿Cómo mantuvo su esperanza por más de dos décadas?
La Biblia habla de su relación con Dios: Dice que él fue amigo de Dios, fue su siervo y totalmente obediente a Él.
Podemos hacer lo mismo.
Te voy a sugerir cuatro pasos prácticos para que cada día te ayuden a construir una base segura de esperanza que te conducirá a través de las tormentas de la vida:

1. Sométete a Dios; Él es la fuente de nuestra esperanza. Acércate en humildad y él te restaurará.
2. Fortalece tu fe. Permite que las promesas de Dios cumplidas anteriormente renueven tu esperanza.
3. confía en los tiempos de Dios. A veces Dios responde a nuestras oraciones y cumple nuestras esperanzas rápidamente. Otras veces, por alguna razón de su Voluntad, nos hace esperar. Quizás alguna vez nos tenga que decir “no”. Recuerda que fue a través de la fe y la paciencia que la esperanza de Abraham se cumplió.
4. Dale gracias a Dios, hoy. Aunque es difícil regocijarse mientras esperamos que las cosas se cumplan; el gozo nos capacita para que Dios nos perfecciones de tal manera que podamos comprenderlo a lo largo del tiempo.
Romanos 5:1-5 dice: “Justificados pues por la fe tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo… y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
También nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, y la paciencia prueba, y la prueba esperanza… y la esperanza no avergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.

¿Has perdido la esperanza? Puedes recuperarla con la ayuda de Jesús. Mira al Autor de toda esperanza y descansa en Él.

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