Viéndote hermosa

«Tu verdadero rostro»
3 julio 2007
Ejercicios
3 julio 2007

¿Qué idea tienes acerca de la belleza? Es importante saber que nuestro valor para Dios no depende de cómo nos vemos. No te trata mejor si tienes una cara bonita; pero al mismo tiempo para Él es importante cómo te ves. A Dios le interesa cómo tratamos nuestro cuerpo. Él nos creó en cuerpo, alma y espíritu.

Dios formó al hombre del polvo de la tierra y luego le infundió vida, es decir, Él es Creador de toda nuestra persona.
La Biblia nos enseña en Eclesiastés 3:11 que Dios “Todo lo hizo hermoso en su tiempo”; porque a Él le gusta el orden y la belleza. En una forma única e incomparable creó a la mujer.
Al terminar con la creación Dios miró lo que había hecho y vio que era bueno en gran manera.
Dios vio su creación desde el punto de vista externo, es decir, la belleza física del hombre y la mujer pero para Él las cualidades más significativas eran las internas.

Lamentablemente la perspectiva de Dios en cuanto al valor de la mujer ha sido deformada.
Al entrar el pecado al mundo la escala de valores se cambió; el hombre enfocó su atención en lo externo, en lo material y sus pasiones se desenfrenaron abusando de la mujer, pervirtiéndola y usándola para todos sus propósitos egoístas. Eso ha traído dolor al corazón de Dios y a las mismas mujeres y niños.

La perspectiva de Dios es vernos como una unidad: cuerpo, alma y espíritu, pero el énfasis a través de toda Su Palabra está en aquello que es real, que perdura y que determina la verdadera belleza.
Sin embargo, qué importante es tener un equilibrio al poner cuidado tanto de lo interior como de lo exterior de nuestra vida y cuerpo.

¿Cuál es tu idea de la belleza externa?
¿Te esmeras en parecer hermosa? ¿Tienes cuidado de tu apariencia y de tu salud porque tu cuerpo es un tesoro que Dios te ha dado?
Comprendo que a veces te darás por vencida cuando fracasas en el arreglo de tu cabello rebelde, o una piel áspera o un cuerpo fuera de tono. Puede ser que te digas a ti misma “al fin lo que cuenta es la belleza interior”.
¿Qué dice la Palabra de Dios acerca de la belleza exterior? Es un tema importante porque a Dios le interesa cómo cuidamos nuestro cuerpo y cómo nos vemos.

En el libro del Cantar de los Cantares el autor hace una vívida descripción de la belleza de la mujer a quien ama. Si seguimos leyendo este libro de la Biblia apreciaremos la descripción que hace el Rey Salomón de esta mujer que ha conquistado su corazón.
El admira profundamente su belleza lo que la hace deseada y amada por su esposo.

Puede ser que digas: “no soy bonita, no tengo una figura estilizada como una miss universo” pero sí puedes hacer de ti misma una mujer agradable, atractiva, prolija y especial para tu esposo si lo tienes. No te abandones; estoy seguro que un poco de gracia y creatividad puedes hacer de ti misma una mujer bella.
Vístete, péinate y arréglate de tal manera que los que te rodean se sientan bien a gusto contigo.
¡Cuidado! No nos referimos a que tengas que gastar demasiado dinero en ropas caras y joyas, eso no es importante; lo importante sí es vestirte con cuidado y con gracia manteniendo la higiene de tu cuerpo, tu ropa y cabello.

Dios es nuestro creador y se interesa en nuestro aspecto. En 1era de Corintios 6:19 la Biblia nos dice lo siguiente: “¿O ignoráis que tu cuerpo es el templo del Espíritu Santo que está en ti y que lo has recibido de Dios? No te perteneces a ti misma, fuiste comprada por precio. Por tanto honra a Dios con tu cuerpo”.

Como ves, a Dios le interesa tu cuerpo porque cuando crees en Jesucristo, Dios te dá Su Espíritu para que viva en tu cuerpo.
¿Lo has pensado alguna vez? Tu cuerpo como la casa del Espíritu de Dios. Sólo sabiendo esto debe animarte para que tu cuerpo esté lo más prolijo posible arreglado y bonito en cuanto dependa de ti. Dios quiere ayudarte a estar bien presentable. No sólo Dios estará contento de vivir en un cuerpo que está bien cuidado, sino que estarás feliz de poder darle a Él lo mejor de ti.

Que te parece si recordamos juntas lo que dice la Biblia en cuanto a nuestro cuerpo.
“¿Ignoras que tu cuerpo es el templo del Espíritu Santo, que está en ti y que lo has recibido de Dios? No te perteneces a ti misma, fuiste comprada por precio. Por tanto, honra a Dios con tu cuerpo.”

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