«Alzaré mis ojos a los montes.
¿De dónde vendrá mi ayuda?
¡Mi ayuda viene del Señor
Que hizo los cielos y la tierra!
No permitirá que tu pie resbale
Ni se dormirá el que te guarda.
El Señor es tu guardador
El Señor es tu sombra a tu mano derecha
El sol no te fatigará de día
Ni la luna de noche.
El Señor te guardará de todo mal.
El guardará tu alma.
El Señor guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.
¡Señor esperamos tu ayuda!
Tu prometes guardarnos del mal.
Ten misericordia de nosotros.
Amén.