Los ancianos: Logrando lo mejor de la vida

31 de Diciembre
31 diciembre 2012
4 de Enero
4 enero 2013

Elena, una amiga de 62 años, nos ha contado acerca de sus conversaciones con la mamá que ya tiene 93 años de edad. ¿Tienes en tu familia alguien de 93 años? ¿Cómo te relacionas con ese ser querido? ¿Te gusta estar a su lado?

Elena preguntó a Iris- su mamá -que le contara cómo es ser una mujer anciana.  Que le hablara acerca de aquellas cosas que son buenas, agradables a esa edad, pero también de las que parecen no ser tan buenas y disfrutables.  Y ésta fue su respuesta:

“Hay mucho de bueno en ser anciana. Cuando llegas a la ancianidad tienes mucha experiencia y eso influye y afecta cómo ves y valorasla vida. Tedas cuenta que no vale la pena estar  enojada por cosas pequeñas. Aprendes a tomar la vida con calma. Y debido que a esa edad ya no estás tan ocupada, puedes tomarte el tiempo que necesites para hacer las cosas. No tienes por qué correr. Y puedes decir “no” a ciertas cosas. Sabes que no tienes por qué hacer todo.

Debe ser lindo no estar tan ocupada y presionada algunas veces. Yo por ahora no sé lo que es eso hasta tanto mis hijos crezcan, dejen los biberones y los pañales. Esa será otra etapa y pienso disfrutarla entonces.

Ya llegará ese momento… Andrea. ¿Y sabes?  Pasa y se va… más pronto de lo que quisiéramos.

Iris, la mamá de Elena, le contó que hay algunas cosas malas de llegar a anciano. Ella dijo: Te pones muy lenta para hacer las cosas y algunas son más difíciles de hacer. Por supuesto, a menudo logras más ayuda de otros para hacer las cosas. Estás menos involucrada en actividades sociales, por lo tanto tienes más tiempo libre para ti misma.”

Eso es cierto, Mercedes, pero a su vez influye en que se sientan más solas. Demasiado tiempo libre no es bueno para nadie… la cabeza te empieza a dar vueltas, y piensas lo que no debieras pensar.

Tienes razón… eso es verdad. Pero la mamá de Elena es una mujer con una fe fuerte en Dios. Ella dijo que cuando está sola tiene más tiempo para leer su Biblia y orar. Aprendió a estar contenta con lo que tiene incluyendo su tiempo a solas.

Elena nos dijo: “¡Mi mamá es un gran ejemplo para mí y cuando llegue a anciana… y estoy llegando… espero poder ser tan positiva como ella y usar mis años de adulta mayor de la mejor manera!”

¡Qué maravillosa mujer parece ser la mamá de Elena! Con sus 93 años tiene mucho para ofrecer aún… Gracias a Elena por el testimonio de vida de Iris. Te invito a disfrutar de una pausa escuchando una canción.

En nuestro programa Mujeres de Esperanza estamos preguntándonos cómo será eso de llegar a ser un anciano o anciana. Y si Dios lo permite todas nos pondremos más adultas cada día. Algunas personas están felices a medida que pasan los años, otras se asustan, tienen temor.

Y algunas se ponen gruñonas. Se quejan que las cosas son diferentes a lo que eran de jóvenes. Se quejan que no pueden hacer las cosas que acostumbraban hacer.

Algunas personas están felices con sus vidas. Se interesan en las personas y cosas que suceden a su alrededor y las cosas que los pueden hacer felices.

¿Qué clase de persona te gustaría ser- quejosa o feliz?

¿Recuerdas qué nos dijo Elena acerca de su mamá? Algunas cosas a su edad eran difíciles de llevar a cabo, pero había otras especiales y buenas.

Por supuesto, cuando nos ponemos más ancianas nuestros cuerpos no funcionan tan bien o tan ágiles como cuando éramos más jóvenes.

Y eso es difícil de aceptar. Como decía Iris, nos volvemos más lentas y a veces tenemos que pasar más tiempo solas y eso trae soledad. Y puede llevarnos a ponernos quejosas.

Si nos concentramos en las cosas malas, tales como lo que no podemos hacer, probablemente nos sentiremos infelices. Pero, si decidimos gozarnos de la vida lo más posible y tomar las cosas con calma, como hace Iris, podremos disfrutar más.

Es importante hacer cosas que podemos disfrutar mientras vamos avanzando en la edad, cosas que mantendrán nuestra mente activa, como leer, armar puzles y cosas que nos hagan ejercitarnos. Los doctores dicen que el ejercicio hace bien al cuerpo y también ala mente. Hayclases con grupos donde se trabaja con movimientos suaves y adecuados para personas adultas mayores. Hay personas mayores que no pueden hacer mucho ejercicio, pero aún las que no pueden caminar, pueden realizar ejercicios con movimientos suaves y aún a veces estando sentadas.

Conozco adultos mayores que están aprendiendo cosas nuevas, como por ejemplo algún idioma o algún instrumento musical, computación o van a un club o piscina para hacer natación. Sé de personas que se enrolan en un club social tan sólo para estar con otras personas y tener con quien conversar.

Y no pienses que por ser anciano ya no puedes hacer nada por otros. De hecho, la mayoría de las personas descubren que hacer algo por otro le hace sentir más feliz. Por supuesto depende de cuán anciano eres y lo bien que te sientes  pero aún así hay mucho que puede hacer un adulto mayor.

Tal vez eres una abuela y a veces podrías cuidar de tus nietos. Realmente será una gran ayuda para los padres de los niños. Y si no tienes nietos propios puedes adoptar algunos para aliviar el trabajo de los padres.

Los ancianos a menudo son personas muy sabias. Ellos han aprendido mucho de la vida y pueden compartirlo con los más jóvenes. Si eres una persona adulta- mayor quizás encuentres que algunos más jóvenes te pidan un consejo. ¡Qué privilegio es poder ayudar de esa manera! Y los más jóvenes a menudo aprecian a sus amigos de más años.

A menudo hemos escuchado de mi amiga Stevie en programas anteriores. Tiene 28 años y es joven aún. Nos ha contado cosas de sus amigos mayores. Ella nos dijo:

“Nunca pensé estar tan cerca de algunas personas como lo estoy ahora. Soy amiga de un matrimonio mayor. Pero cuando pasamos tiempo- juntos, la diferencia de edades entre nosotros, no importa. Nos reímos, oramos y compartimos nuestras alegrías, luchas y todo unos con otros. Estoy tan contenta por la apertura que he encontrado en esta inesperada amistad. Mis viejos amigos son muy sabios. Ellos han tenido más tiempo que yo para vivir, experimentar y aprender. Así que yo aprendo mucho de ellos y puedo preguntarles cuando no estoy segura de algo. Ellos me bendicen y sé que yo los bendigo también. Disfrutan de mi compañía y yo la de ellos.

Así que, nunca pienses que por ser mayor, no puedes ser amiga de alguien más joven. Desafortunadamente algunas personas ancianas, pasan todo su tiempo con otros ancianos. Si eres una persona adulta mayor es bueno que puedas pasar tiempo con personas de todas las edades- ancianos, jóvenes o niños. Tienes mucha experiencia para compartir con personas más jóvenes y a su vez ellos tendrán cosas para compartir contigo. Como dijo Stevie, sus amigos ancianos disfrutan de su compañía y ella disfruta la  de ellos.

Elena nos contó algo de su mamá que tiene 93 años. Le preguntamos ¿dónde vive y quién la cuida?  Ella nos dijo que actualmente vive en Australia de donde es Elena también. Allí las personas viven muchos años. Su madre vive sola en una pequeña casa y se cuida a sí misma. Gracias a Dios tiene buena salud y puede vivir sola.

Un día unas personas que llegaron de otro país a Australia, al oír que la señora de 93 años vivía sola  se preocuparon. Pensaron que una anciana como ella debería vivir con su familia. En su cultura una anciana nunca debería vivir sola.

¿Amiga, que sucede por lo general con los ancianos en tú país? ¿Viven con la familia, solos o en hogares para ancianos?

En algunos países los ancianos son tratados con gran respeto, mientras que en otros no se les toma muy en cuenta y ellos saben que sus opiniones no valen. ¿Cómo es donde vives tú?

Pero pensemos un poco más acerca de lo que ya hemos oído… Jonás pensó que podría huir de Dios… que podría hacer las cosas a su manera y no a la manera de Dios.

¡Cuántas veces hemos hablado desde este programa lo que Dios nos dice y nos pide a través de Su Palabra! Me pregunto… ¿Escucho a Dios o me quiero escapar como pretendía hacerlo Jonás? ¿Y tú, amiga escuchas a Dios…?

Su Palabra nos dice que Él nos hizo… es nuestro creador y que nos ama. Nos ama tanto que envió a Su Hijo quien murió en la cruz y cargó con el castigo que merecíamos por ser pecadores. Dios nos promete que, si confiamos en Jesús y le pedimos su perdón, Él nos lo dará y nos hará sus hijas y nos promete la vida eterna con Él para siempre.

Dios tiene un plan para la vida de cada una de nosotras. ¿Estás dispuesta a obedecer el plan de Dios para ti? Él sabe lo que es mejor para ti y para mí. Acepta vivir como Dios quiere.

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