La paz de Cristo en la prisión

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«Los pobres verán esto y se alegrarán; ¡reanímense ustedes los que buscan a Dios! Porque el Señor oye a los necesitados, y no desdeña a su pueblo cautivo«.
Salmo 69

RTM Mujeres de Esperanza en Rumania tiene una hermosa manera de compartir el Evangelio para llenar las necesidades de las prisioneras y sus familias. La última Navidad se realizó un drama por prisioneras y para prisioneros de ocho diferentes cárceles. Las mujeres también realizaron el drama en su propia prisión, donde sus niños pudieron asistir y reunirse con sus madres allí.

El momento más importante quizás, fue el viaje a un centro de cuidados para representar la obra teatral para 40 niños rumanos. La coordinadora nacional del ministerio, que escribió y dirigió el drama, describió “un momento sagrado” que trajo lágrimas a los ojos de las prisioneras y los miembros del personal. Después de que la representación llegó a su final y los villancicos navideños fueron entonados, los niños rumanos corrieron a los brazos de las prisioneras, muchas de las cuales extrañaban a sus propios hijos. Los corazones verdaderamente se llenaron de gozo durante aquellos fugaces minutos.

El mensaje del bebé Jesús en el pesebre movió los corazones de adultos y de niños mientras escuchaban una exposición sobre por qué Él vino a la tierra y cuál era su propósito aquí. Jesús vivió una vida perfecta aquí en la tierra, y por el regalo de la fe nosotras llegamos a amar al Señor con todo nuestro corazón, alma, fuerza y mente, y podemos amar a nuestros prójimos como a nosotras mismas.

El Apóstol Pablo, en el libro de Efesios, habla acerca de ser prisionero de Cristo Jesús a favor de los gentiles. Pablo explica que es en Cristo que nosotros como creyentes somos transformados en un lugar de morada para el Espíritu de Dios. Es así como pasamos de la prisión del pecado a la paz de la redención.

Por Emilie Felix, voluntaria de RTM Mujeres de Esperanza

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