Nunca Sola

Orando por la unidad
5 julio 2021
Explorando la esperanza
5 julio 2021

Por Lisa Hall, Coordinadora Internacional de Oración de RTM Mujeres de Esperanza

Padres y madres solos están por todos lados a nuestro alrededor. Algunos han perdido a sus cónyuges debido a la muerte, divorcio o abandono, y algunos nunca se han casado. Pero una cosa tienen en común y es que necesitan de nosotras como cristianas para unirnos a Dios en proveer apoyo amoroso para ellos y sus hijos.


A los 17, Sonia* era joven, estaba enamorada y embarazada de mellizos. Después que su pareja la abandonó, Sonia se encontró sola en una ciudad extranjera clamando a Dios que la dejara morir. Lo que Sonia no sabía, era que su madre estaba ayunando y orando por su extraviada, hija embarazada. Mientras Sonia clamaba, los bebés dentro de ella comenzaron a moverse de una manera que sintió como que estaban aferrándose a ella por sus propias vidas.


Ella percibió: “¿Quién soy yo para pedir a Dios que me permita morir cuando tengo estas dos vidas dentro de mí? Clamé perdón a Dios. Y luego experimenté el más maravilloso amor que jamás sentí. Dios me sostuvo en sus brazos y me arrulló de un lado a otro. Amor incondicional. Protección. Nos sostuvo juntos a mí y a los bebes.”
El corazón de Sonia se llenó de gozo mientras ella oraba: “No sé qué voy a hacer y necesito tu ayuda, Dios. Quiero ser una mamá responsable.” Los siguientes años no fueron fáciles para Sonia. Regresó a su hogar y su madre la ayudó con los bebés mientras ella trabajaba para sostener a su nueva familia. Sus parientes generosamente proveyeron ropas para los bebés y nunca les faltó comida. Aunque la vida fue una tremenda lucha, Sonia sintió la presencia fiel de Dios y aprendió que Él nunca deja de dar, proveer y guiar.
Sonia recuerda: “Mis abuelos me regalaron una Biblia. Yo abracé la Palabra de Dios, el libro de Isaías fue muy influyente sobre mí como madre sola. Dios está allí para sus hijos y para alguien que está solo. Leí esos versos una y otra vez con gozo en tiempos de tristeza o estrés.”


Aunque ha sido difícil, Sonia está extremadamente agradecida por la experiencia de ser una madre sola. “No sería la persona que he llegado a ser si Dios no me hubiese permitido pasar por esa experiencia. Y Dios aún no ha finalizado.”
¿Siendo creyentes, cómo podemos apoyar a las madres y padres solos? Sonia compartió: “Ellos necesitan personas que vayan y oren con ellos. Les apoyen dándoles ánimo por medio de la amistad y la fe” Y luego añadió: “Enseñen a los padres solos que ellos pueden hacer la tarea. Cuando no hay esposo que ayude a criar a un hijo, Dios llenará ese lugar. Dios está allí para llenar sus necesidades físicas, mentales, emocionales y espirituales y está presente contigo como un Padre amoroso.”
*Su nombre ha sido cambiado para proteger su privacidad.

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