Querida amiga:
Saludos desde la pequeña y pintoresca ciudad alemana de Braunfels llena de castillos viejos y hermosos e historia antigua.
¡Si eres una madre, te saludo en este próximo Día de las Madres! Quiera el Señor darte una medida extra de gracia y fortaleza mientras crías a tus hijos o nietos en los caminos de Dios.
Te agradezco por ser parte de esta magnífica ola de oración que recorre el globo, 24/7 rogando por el bienestar de mi querido Brasil y sus hermosas mujeres. Yo sé que este es tu regalo y trabajo de amor para el Señor. Sin embargo, como brasileña, yo lo tomo también como un regalo para mi pueblo. ¡Además, lo veo como un regalo personal de cumpleaños – por lejos, uno de los más preciosos que jamás haya recibido!
Crecí escuchando a los brasileros decir que «la esperanza es lo último que muere.» Esto verdaderamente expresa el optimismo nacional de mi gente en medio de nuestra sociedad siempre cambiante. Aún en la más espantosa pobreza, los brasileros encuentran la manera para reírse del futuro. Podría ser que esta misma búsqueda de esperanza es lo que les hace tan receptivos al evangelio. ¡No he encontrado tal apertura en ninguna otra parte del mundo!
Me encanta ver el dinámico movimiento misionero que se ha extendido a través de la iglesia brasilera por estas dos décadas. ¡Manadas de misioneros nacionales de mentes abiertas, creativas, con corazones ardientes están expandiendo efectivamente las Buenas Nuevas dentro y fuera-aún para Europa, América del Norte y a países de difícil acceso!
Sin embargo, no se puede decir que todo está bien en Brasil. Los problemas están francamente señalados en el calendario de oración de este mes. Recuerdo los días cuando como joven oficial del Ejército de Salvación ministraba en los asentamientos y en los burdeles de San Pablo. ¡Fui testigo de primera mano del poder redentor de Jesús arrebatando a las mujeres del fuego de destrucción de Satanás! El «destruyó al que tenía el poder de la muerte- esto es, al diablo!» (Hebreos 2:14). Hoy El está usando al Proyecto Ana para compartir el mismo poder de Jesús.
Levantemos ante nuestro Padre Celestial a la Directora Nacional del Proyecto Ana, Celina Rempel, y su precioso equipo. Creamos, como ellas firmemente lo hacen, que el poder del Evangelio puede sanar los crecientes males sociales del Brasil. ¡Los campos están maduros, los trabajadores son pocos y el enemigo es fuerte, pero es el tiempo de la cosecha! ¡Por la gracia de Dios traerán las gavillas de una nueva y abundante cosecha de almas!
Creyendo contigo,
Marli Spieker
Directora/fundadora del Ministerio Global
Proyecto Ana
Radio Trans Mundial
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Todo está en las manos de Dios .Y nuestro Dios es poderoso, todo lo puede el querer como el hacer.
Seguir siempre hacia adelante. Amén.