Dios puede hacernos limpios

La enfermedad de la lepra
15 julio 2009
El árbol de la Cruz
15 julio 2009

Esta semana estamos tratando de cuántos desafíos deben enfrentar los enfermos de lepra. Cuando Jesús caminó sobre la tierra se encontró con esta clase de enfermos y estoy segura que te va a llamar la atención por la manera en que Él les trataba.

Quiero leer de la Biblia algunas de estas historias que nos relatan estos encuentros.

Si tienes Biblia puedes leer conmigo en Mateo capítulo 8. los primeros 3 versos:

«Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente, y he aquí vino un leproso y se postró ante Él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.»

Y en otro momento, fíjate lo que sucedió: Puedes leer en Lucas 17: 11-14. «Jesús iba de camino a Jerusalén, y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz diciendo: ¡Jesús, maestro, ten misericordia de nosotros. Cuando Él los vio, les dijo: vayan y muéstrense a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados…»

¡Qué maravillados estarían al mirarse unos a otros y ver sus manos y su piel limpia. Caminarían más rápido con nuevos pies!

Algo que me llama la atención al leer la Biblia es que Jesús no sanaba a todos los que encontraba en su camino. Hay muchas cosas que no podemos entender acerca de las luchas y de las penas de la vida. Pero sabemos que Dios nos ama a cada uno de nosotros y Él camina a nuestro lado para ayudarnos en esas penas y luchas.

Aún si Dios no sana nuestros cuerpos físicos inmediatamente, El nos provee ayuda a través de la medicina y de los doctores para hacernos sentir mejor. Si no sana nuestros cuerpos, Él puede sanar nuestras emociones y hacernos mejores personas por la manera que pensamos y vivimos.

Estos dos relatos que acabo de leer de la Biblia nos hablan de aquellos que una vez estaban enfermos y fueron hechos limpios por Jesús, físicamente limpios. Ya no tenían más lepra, fueron sanados. Podían regresar a sus hogares y a sus familias. Ya no serían más vistos como «impuros» a causa de su horrible enfermedad.

¿Sabes que la Biblia también nos habla de una limpieza mucho más importante que Dios ofrece a cada uno de nosotros? Nos dice que Dios puede hacernos limpios espiritualmente. Estar limpios físicamente es muy bueno para nuestras vidas diarias pero estarlo espiritualmente es aún mejor porque eso puede durar por siempre y siempre… es decir, por la eternidad.

Todos nosotros y cada uno hacemos cosas que no están bien, cometemos errores y espiritualmente hablando no somos limpios. Creo que todos sabemos esto muy bien.

Basta con mirar a nuestro alrededor para comprobarlo, tanta maldad y crueldad en los seres humanos, tanto egoísmo y malas intenciones. Quién de nosotros no ha hecho algo en algún momento que ha lastimado a otro. A veces pensamos cosas malas. Aún cuando hacemos el bien puede ser que en ocasiones las razones y las motivaciones son erradas y egoístas… puede ser que los otros piensan que somos muy buenos pero sinceramente no lo somos.

La Palabra de Dios, la Biblia dice que «todos hemos pecado y estamos separados de la gloria de Dios» (Rom. 3:23) También dice que «todas nuestras justicias» son como trapos sucios… comparados con la bondad de Dios. (Is. 64: 5-7)

No importa cuánto lo intentemos – en nuestras propias fuerzas – no podemos vivir lo suficientemente bien para Dios. Así como el hombre enfermo de lepra se sentía «impuro»… también nosotras, a la vista de Dios somos impuras a causa del pecado. Necesitamos ser limpiadas y es algo que sólo Dios puede hacer.

Dios es Santo y odia el pecado. No tiene nada que hacer con el pecado, porque con el pecado viene el castigo. La Biblia dice «la paga del pecado es muerte»

El castigo por el pecado en nuestras vidas significa la muerte eterna es decir la eterna separación de nuestro amante Dios y Creador. Pero Dios nos ama, y no quiere que estemos separados de Él. La Biblia dice «Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» (Rom 5:8)

Dios quiere que tú y yo seamos limpios de nuestros pecados de tal modo que Él pueda estar en nuestras vidas desde ahora y por la eternidad.

La buena noticia para nosotros es que Jesús murió en la cruz y en nuestro lugar para pagar la deuda por nuestros pecados. Si creemos en Él y le recibimos por fe en nuestra vida Él nos perdona y nos limpia de toda maldad. Por el contrario, si despreciamos el sacrificio de Cristo en la cruz seremos castigados con la muerte espiritual. Dios nos dice que el amó de tal manera al mundo, que dio a Su Hijo único, para que todo aquel que en Él cree no se pierda sino que tenga vida eterna con Dios para siempre.

Nadie va a obligarte a tomar una decisión. Tú eliges y decides. Pero quiero que sepas que Dios te ama y quiere ser parte de tu vida si se lo permites. Toma una decisión por Cristo ahora mismo y comienza a vivir una nueva vida.

1 Comment

  1. doy gracias a Dios por estas publicaciones son enriquesedoras, nos alimentan espiritualmente y nos mantiene informados, de la necesidad de que dediquemos mas tiempo a la obra del señor

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