Manteniendo limpias nuestras vidas

Manteniendo limpios los dientes
7 diciembre 2010
Meditación, por Luis Maldonado
7 diciembre 2010

Cuando pienso cómo la placa daña los dientes creando caries me acuerdo del pecado cómo actúa del mismo modo en nuestras vidas. ¿Has escuchado la palabra pecado? ¿Sabes lo que es? Es algo que hacemos o decimos que está mal. Es algo que desagrada a Dios. Hablando de los dientes, si dejamos la placa sobre ellos los problemas se volverán más grandes y dolorosos. El pecado puede comenzar con algo muy pequeño, pero si no lo tratamos su influencia crecerá tanto que traerá dolor a nuestras vidas.

Hablar de pecado a  algunas personas les puede parecer algo extraño o raro, así que permíteme que lo explique usando una historia de la Palabra de Dios, la Biblia, acerca del Rey David. (2ª. Samuel 11 y 12)

David vivió hace muchos siglos atrás y fue escogido por Dios para ser Rey del pueblo de Israel. Comenzó su reinado haciendo una gran tarea porque tenía la costumbre de hablar con Dios por medio de la oración y pedía a Dios que lo guiara, especialmente cuando tenía que tomar importantes decisiones.

Pero, un día, sin embargo, David se quedó en su casa a pesar que debía dirigir sus ejércitos en contra de sus enemigos. Una bella tarde mientras se paseaba por la azotea de su casa, miró a la casa del vecino y vio a una hermosa mujer de nombre Betsabé, tomando un baño. A él le gustó… y quiso tenerla… así que envió a buscarla. Obedientemente ella fue a donde el rey. Pero David usó su poder de una manera equivocada y se acostó con ella. Al tiempo, ella le mandó decir que ¡estaba embarazada!

¡David se afligió! Comenzó entonces a tramar o argumentar diferentes maneras para hacer parecer que el bebé de Betsabé era hijo de su propio esposo.

Envió por Urías el esposo de Betsabé, que retornara de la guerra y le sugirió que disfrutara algunos días en la casa con su esposa. Pero Urías, un hombre íntegro, rehusó disfrutar con su esposa mientras que sus hombres estaban en peligro. El intento de David de pretender que el bebé no era de él, había fracasado. En su desesperación  David creó un plan para lograr que el esposo de Betsabé muriera al frente de la batalla…y así realmente sucedió.

¡David debió sentirse aliviado! Ahora él podría continuar con su vida y hacer de Betsabé su propia esposa.

Esto suena como un cuento de Hadas… ¿No te parece?… “Y ellos vivieron felices por muchos años…”

¡Pero no fue así! La conducta de David no agradó a Dios, estaba en contra de su ley, ¡lo que hizo era pecado! ¡El adulterio condujo a mentiras y las mentiras al asesinato! ¿Puedes ver cómo un pecado conduce a otro y a otro? Y el alivio de David no duró. Comenzó a sentirse tan culpable. Describió sus sentimientos de esta manera: ¡Mientras no confesé mi pecado, me sentí débil y miserable, y en mis gemidos, día y noche tu mano de disciplina se agravó sobre mi! (Salmo 32: 3)

Dios sabía cómo se sentía. La Palabra de Dios nos dice que Él se enojó con lo que hizo David; pero también le amaba mucho. Así que, Dios envió un mensajero para enfrentar a David. Repentinamente se dio cuenta que no sólo había pecado contra Betsabé y Urías, sino que también había pecado contra Dios. (Salmo 51:4) Él se quebrantó y confesó sus pecados a Dios. Confesar significa que reconoció delante de Dios el mal que había hecho y pidió Su perdón.

El mensajero le dijo que Dios le perdonaría, pero que habría gran tribulación en su familia como consecuencia de lo que él había hecho. Y así sucedió, porque cuando hacemos malas elecciones vienen las consecuencias y afecta a otras personas también.

Después David escribió estas palabras: “Finalmente, confesé todo mi pecado a Ti y dejé de esconderlo. Me dije: “Confesaré mi rebelión al Señor” y Tú me perdonaste y toda mi culpa se fue” (Salmo 32:5)

Parece demasiado bueno para creerlo. ¿Quizás demasiado fácil?

Pero no fue tan fácil, y estoy segura que David siempre se habrá sentido mal por la muerte de Urías. Pero esa confesión simple y sentida le quitó la culpa a David delante de Dios. Él oraba: “Purifícame, Señor y seré limpio; lávame y seré más blanco que la nieve. Crea en mi oh Dios un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi.” (Salmo 51: 7 y 10) Después de esto pudo continuar con su vida sin el poder del pecado llevándole a cometer más errores. Dios le perdonó y él aprendió de sus errores. Dios le usó como uno de los reyes más importantes de Israel.

La realidad de la vida es que tú y yo muchas veces hacemos y decimos cosas  que desagradan a Dios. A menos que admitamos que hemos actuado mal y pidamos perdón a Dios, una cosa mala nos conducirá a otra. Así como hemos aprendido acerca de la placa sobre los dientes, si no la eliminamos nos conducirá a problemas más grandes, de caries, mal aliento, dolor y a veces pérdida de piezas dentales…

Tal vez en este momento estás viviendo con una pesada carga de sentimientos de culpa a causa de errores, cosas mal hechas o decisiones equivocadas. Quizás tus acciones o decisiones han lastimado a otras personas como le sucedió a David. Es muy pesado vivir con esta clase de sentimientos. La voz de tu conciencia siempre está allí recordándote aquellas palabras, expresiones o actitudes.

No desesperes amiga, si estás cargando con el pecado de la culpa, vuélvete a Dios y cuéntale lo que has hecho. Dile que lo sientes y que necesitas Su perdón. En la Biblia leemos,,, “Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad. (1ª. Juan 1:9) y eso es exactamente lo que hizo David.

Así como lo promete la Palabra de Dios, Él te perdonará inmediatamente y podrás continuar con tu vida sin esa pesada carga. Si lo aprendes a hacer regularmente estarás protegida del daño del pecado en tu vida. Habla con Dios por medio de la oración y cuéntale tus cosas personales.

3 Comments

  1. es cierto todo lo que has comentado, sin envargo hay ocaciones en te vuelves a equivocar y pareciera que ya no hay perdon para ti, asi me siento y estoy muy triste, siento que le falle otra vez a mi Señor y aunque se que me ama y es perdonador el dolor que me embarga es inmenzo, he buscado todo el dia a alguien a quien decircelo, y ahora lo estoy escribiendo con lagrimas en mi corazon, sabes conoci la iglesia de dios de la profecia, fue mi madre, nos alejamos de ella y pareciera que estamos solos, aunque hay iglesias que por lo grade que son no conocen la necesidad de sus congregantes, soy una de esas personas que pasa desapersivida en una jigantesca institucion, que se lllama Centro cristiano de guayaquil, servi en este año en el area con los niños por motivos de mi carrera tube que dejarlo, sirviendo en ese lugar me sentia util, aunque inadvertida, sabes quisiera que seas mj amiga, nunca he tenido una y siento que me hace mucha falta, conversar con mi madre seria acarrearle dolor y es lo que menos quisiera ya que esta anciana, tengo 46 años tres hijos maravillsos, un esposo sincero, y una linda profesion, a pesar de ello siento que estoy sola, siento que le he fallado a aquel que ama mi alma y estoy recogiendo frutos del fallo, disculpa estoy deprimida por mi dolor y quiza en otra ocacion te converse muy optimista quiza por haber vencido este momento, se que El no me dejará pues nunca me ha dejado, te cuento que El me sano uno de mis pechos cuando tenia 27 años y me resucito a mi segunda hija hay ella tiene 22 y esta en tercer año de medicina, Mi Señor Jesucristo mucho con mi vidad desde el dia en que lo conocí, por ello con seguridad te comento que no me dejará. aunque me sienta sola se que él estará por siempre a mi lado… gracias por leer mi comentario ya me siento mejor te lo aseguro.. bendiciones

  2. guille de mexico dice:

    hola muchas veses me siento igual que tu pero se que Jesucristo dio su vida por mi y que no estoy sola el Espiritu Santo siempre me acompaña y siento su amor en mi vida diaria,a mi tambien Jesus sano ami hijoque se accidento y estubo en coma mi Dios lo sano y hoy tiene 22 años el tenia 16 cuando esto le paso me e hagarrado de este texto CLAMA AMI QUE YO TE RESPONDERE YTE ENSEÑARE COSAS GRANDES Y OCULTAS QUE TU NO CONOCES . Jeremias 33:3 aferrate de Dios y hacercate tu a las personas de tu iglecia y recuerda CRISTO TE AMA

  3. Ana Villalba dice:

    Cuantas veces nos sentimos de esa forma,analizamos todo lo que el Señor nos dio y una sensación de ingratitud nos embarga .Una vez leí que la soledad no es falta de compañia es falta de dirección, por eso es tan importante buscar la guía del Espiritu Santo (como por ejemplo través de este artículo) con el ejemplo de David aprendemos como obrar . Todos les fallamos al Señor de diferentes formas pero lo importante es reconocerlo ,pedirle perdón sinceramente,y proponernos con la ayuda de Dios no volver a cometerlo pero tambien perdonarnos a nosotros mismas porque solo El tiene el derecho a juzgar y asi encontramos la paz Dios las bendiga

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *