La Restauración

Abuso sexual
4 julio 2011
Editorial Julio 2011
4 julio 2011

En las Lecciones para la Vida hemos considerado el abuso de una niña y las cicatrices que debido a esa triste experiencia han marcado su vida. Es una joven mujer ahora y nos interesó saber si ha logrado superar de alguna manera los traumas o cicatrices de los cuales nos habló en su relato. Jeni nos ha dicho que ha sido un largo  y lento proceso. Que hubo diferentes personas que la ayudaron en su camino, pero su fe en Dios fue lo que más la ayudó

Que una restauración a su ser interior le fue llegando en pequeños pasos y aún cree que tiene mucho por superar.

Jeni pasó por ciertas fases en su vida, pero considera que es un alivio saber que son cosas que van a ir resolviéndose. Al principio todos los hombres le resultaban iguales y los odiaba a todos por igual. El matrimonio no era algo atractivo para ella y pensó que había nacido para vivir soltera. Tampoco le interesaba arreglarse y consideraba que ir por las tiendas a comprar ropas era una pérdida de tiempo, probablemente porque creía que si no hubiera nacido mujer no hubiese sido abusada.

A sus 16 años el hermano de Jeni le habló y le dijo que notaba que ella no tenía amigos varones y que le haría bien hacer amistad con algunos. Gradualmente, comenzó a charlar con un joven de la iglesia y descubrió que teniendo una sana relación con el sexo opuesto  podría ser bien disfrutable. Fue aprendiendo a no temer a los hombres y desarrolló un buen concepto del matrimonio al pasar el tiempo y hacer amistad con algunas buenas familias.

 

Sus tíos por parte del padre expresaron su remordimiento aunque no le pidieron perdón pero ella los perdonó. Ella sabe que es muy malo lo que le hicieron pero escogió perdonar  y eso le ayudó a superar muchas de sus inhibiciones y complejos. Podríamos decir, se sintió libre de una carga pesada de llevar.

Años más tarde leyó un libro escrito por una mujer que también había sido violada y debido a esto quedó embarazada. La autora del libro cuenta cómo llegó a perdonar al violador. Jeni se dijo; si esta mujer pudo perdonar yo también podré. Luego que lo hizo, y sólo después de eso encontró la paz y la restauración que tanto anhelaba… y fue libre de amargura y resentimiento. Le impactó una frase del libro que puso la autora al contar su propia experiencia y dice así: “El poder del amor de Dios para restaurar me sobrecogió” Yo necesito de la gracia de Dios como ella la necesitó para poder seguir adelante con mi vida.”

 

Esta fue sólo una etapa en la vida de Jeni donde ella se cuestionó la existencia de un Dios personal. Culpó a Dios de su sufrimiento. Nos dijo que a los 14 años el padre la llevó a un consejero cristiano quien tomando su Biblia le leyó las palabras del profeta Isaías en el capítulo 49 verso 16 y que dicen así: “He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mi están siempre tus muros.” Y también le compartió las palabras del Salmo 139 donde las primeras palabras dicen así “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras. Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien.  No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado…”

 

“Sentí que Dios tiraba de mi corazón con estas palabras. ¡Cómo pude negarlo, cuando Él tan pacientemente estuvo llamando a la puerta de mi corazón! Comprendí que Dios me perdonó porque Su Hijo Jesucristo cargó con el castigo por las cosas malas que yo había hecho en mi vida. Así que si Él pudo perdonarme – yo también debería perdonar.

Comprendí que Dios tenía un hermoso plan para mi vida. Hoy día, trabajo como consejera, cuando atiendo a mis pacientes, personas que han pasado por situaciones similares, episodios traumáticos vividos en su niñez y cuando les comparto mi propia experiencia, ellos se sienten animados que podrán superar las depresiones o ansiedades o cualquier sentimiento negativo que están soportando. Cuando observo un vislumbre de gozo en los ojos de mis pacientes, algo dentro de mi me inspira a darle gracias a Dios. Finalmente digo… yo he encontrado el propósito de mi dolor y sufrimiento.”

 

Entonces reflexiono- basta de culpar a Dios por las malas elecciones que hacen las demás personas. Es cierto, Dios deja que la gente elija cómo vivir  y qué hacer, pero Él odia este pecado, sintió mi dolor y al fin me trajo sanidad.”

 

Y sabes amiga… a los 25 años, Jeni recibió una propuesta de matrimonio.

Un joven que la conoció le dijo: “Entiendo que has pasado por todo eso, pero aún te veo como una persona con mucha dignidad y hermosura a los ojos de Dios. Te acepto por lo que eres como persona.”

Ella nos dijo: “Esto trajo un cambio total en mi vida e hizo un tremendo impacto en mi autoestima. Dios me restauró y por primera vez  tuve un verdadero sentido de dignidad como mujer. Las palabras de mi esposo me hicieron sentir hermosa por dentro y por fuera. Le doy gracias a Dios también por eso.”

1 Comment

  1. esther jimenez dice:

    al leer estas palabras mi corazon se conmovio dentro de mi YO HE ENCONTRADO EL PROPOSITO DE MI DOLOR Y SUFRIMIENTO orare a nuestro Dios nuestro Sr. Jesucristo por ustedes porque por medio de su ministerio llegue la restauracion a muchas mujeres .
    Hoy encontre estas paginas y me sentido muy bendecida departe de Dios

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